Besos que no se olvidan (II)



Booklovers,

Hace un año, gracias a Savannah y Caleb de Cruzando los límites entendí que hay besos en los libros que son tan hermosos que cuesta olvidarlos; ellos acampan en nuestros recuerdos por días, tratamos de revivirlos constantemente porque estÔn descritos de forma tan mÔgica, que es imposible dejarlos atrÔs una vez terminamos las lecturas. Por eso, le dediqué una entrada en la que recopilé los que consideré en ese momento estaban llenos de sentimientos y que estaban en mi top de escenas romÔnticas favoritas. Pero qué pasa si les digo que luego de transcurrir poco mÔs de 365 días desde esa publicación, se han sumado mÔs escenas que merecían estar en esa lista. Bueno, la respuesta esta entrada que decidí repetirla una vez al año cuando tenga un buen número de besos apuntados.

A continuación les presento algunos de los mÔs memorables que me han gustado, aunque ya les digo que ha sido muy difícil escoger. Pero los que leerÔn a continuación son una verdadera preciosidad.




«Y fue un beso que parecĆ­a que pudiera parar el tiempo. La lluvia estaba cayendo sobre nosotros, pero ni siquiera la sentĆ­a, ni me daba cuenta, ni me importaba. Nos besĆ”bamos como si fuera un idioma que habĆ­amos olvidado hacĆ­a mucho, uno que habĆ­amos hablado con fluidez y estĆ”bamos volviendo a descubrir. Nos besĆ”bamos como si fuera lo Ćŗnico que cualquiera de los dos habĆ­a querido hacer desde hacĆ­a mucho, mucho tiempo, nos besĆ”bamos con la urgencia de la lluvia que caĆ­a ruidosamente a nuestro alrededor y sobre el capó del coche. Las manos de Frank estaban enredadas en mi pelo, y despuĆ©s tocĆ”ndome la espalda desnuda, y yo estaba temblando de una forma que no tenĆ­a nada que ver con el frĆ­o. Su cara estaba mojada mientras recorrĆ­a su mandĆ­bula y sus mejillas con las manos, mientras lo acercaba mĆ”s a mĆ­, sintiendo que mi corazón latĆ­a contra el suyo, sintiendo que, a pesar de la lluvia, a pesar de todo, podrĆ­a quedarme asĆ­ para siempre de buena gana.»




«Mordisqueó suavemente mi labio inferior, su boca sabĆ­a a fresas y a algĆŗn licor que no supe distinguir. ElevĆ© las manos para posarlas sobre sus hombros, Marc enterró sus dedos en mi pelo, mi frente tocó la suya, era como si ya no estuviese lo suficientemente cerca de Ć©l. Marc no definĆ­a en un solo sentimiento ese beso, era posesivo, anhelante, y a la par, lo sentĆ­a dulce. La mano en mi cintura me apretó contra su cadera, mi cuerpo pegado al suyo, mi boca danzando con la suya, mi respiración mezclĆ”ndose con la suya y finalmente, mis manos aferradas a su pelo. Me estaba deshaciendo allĆ­, fundiĆ©ndome a Ć©l, ya no me podrĆ­a separar. ApretĆ© los ojos con determinación y un palpitar acelerado en mi pecho fue la confirmación de que no soƱaba, de que cada partĆ­cula de mi ser acababa de rendirse a Marc.
Habƭa sido mejor de lo que nunca imaginƩ. Era un beso de verdad, verdad. Un beso dado con una entrega absoluta e inquietante.
¿QuiĆ©n era Marc y quĆ© efecto obraba en mĆ­?
Y algo aún mÔs importante
¿QuĆ© serĆ­a de mĆ­ luego de ese beso?»




«Elevó la mano que tenĆ­a unida a la mĆ­a y acarició mi mejilla.
—Eres demasiado guapa, demasiado dulce, demasiado Ćŗnica. Por eso me tienes a mĆ­.
JuntƩ las cejas.
—No te estoy entendiendo.
—Ahora lo harĆ”s.
Y me besó.
CerrƩ los ojos justo cuando sus labios tocaron los mƭos.
Hubo un instante en que no supe de mí, mi cerebro iba a toda velocidad, mi piel se estaba despertando, el estómago se me encogió. Una lenta caricia de sus labios húmedos resbalando por los míos, sus manos tocando mis mejillas, paseando por mis orejas, enredÔndose en mi pelo. Mis manos que estaban como muertas, tomaron camino enredÔndose en su cuello y abrí la boca un poco mÔs. No era un beso violento, era el tipo de beso que te das con un amigo, sin querer, pero necesitÔndolo mucho.
Cuando dejƩ de ser acariciada y pase a sentirme apretada por sus manos en la parte baja de mi cintura. TirƩ levemente de su pelo y nuestras lenguas formaron un nudo.
Virgen santa, ¿quĆ© estaba pasando?»




«–EstĆ”s loca.
–Dime algo que yo no sepa. –No se movió y era perfectamente consciente de cómo su pecho rozaba el mĆ­o, los cabellos sueltos me hacĆ­an cosquillas sobre la cara y sentĆ­a en mi carne la vibración cada vez que se reĆ­a o hablaba.
–Y eres preciosa.
–Eso no deberĆ­as haberlo dicho. –Se puso seria y trago saliva.
–Voy a besarte, April.
–Ni se te ocurra. –Su respiración comenzó a ser mĆ”s profunda.
–No te estoy pidiendo permiso.
Coloqué la mano en su nuca y aproximé su rostro al mío atrapando sus labios. Si ella no hubiera estado tan nerviosa, se habría percatado del temblor que me azotó todo el cuerpo. Había imaginado tantas veces ese momento. Lo había soñado despierto y dormido, borracho y sobrio, drogado y limpio, con ella a mi lado y a miles de kilómetros. En esos momentos tuve claro que Blair había acertado, prefería besarla a ella que acostarme con toda la población femenina del planeta. Si no era ella, no quería a nadie.
April permaneció quieta durante un par de segundos. El tiempo exacto que tardó en levantar la mano y cruzarme la cara de lado a lado antes de apartarse. Era buena. Le habĆ­a enseƱado muy bien a dar golpes.»




«Sara se volvió al oĆ­r los pasos que se acercaban rĆ”pidamente. Jayden apareció en la escalera y comenzó a bajarla sin apartar de ella una mirada en la que brillaba un deseo desmedido. Dio un paso atrĆ”s, sin aliento, y sintió un pĆ”nico creciente en cuanto lo tuvo delante. Ɖl la enlazó por la cintura con un brazo, al tiempo que enroscaba la otra mano en su pelo y se aplastaba contra su cuerpo. Antes de que pudiera darse cuenta, la habĆ­a atrapado en un beso intenso y profundo.

Quiso apartarlo, pero su anhelo era demasiado grande para renunciar a él con tanta facilidad. El cuerpo se le estremeció con una sucesión de escalofríos que acabaron concentrÔndose en su vientre, provocando un cosquilleo que se fue extendiendo hasta sus senos. Sentirlo contra ella era demasiado intenso. Sus labios se la bebían con vehemencia y su lengua la exploraba con unos movimientos que la hacían jadear. Se sentía desbordada, impaciente hasta la locura. Su cuerpo respondía con un deseo tan nuevo e inesperado que se estaba ahogando en sus propias sensaciones. Era imposible sentirse así. Ningún cuerpo podía ser capaz de experimentar todo ese placer y no romperse en mil pedazos.

«AsĆ­ que esto es lo que se siente», pensó Sara, temblando de arriba abajo. Nada anterior podĆ­a compararse al goce de ese beso hambriento, y solo era un beso. Madre mĆ­a, si alguna vez llegaban a…»




«Me alejo un poco, a sabiendas de que no puedo dejar que se marche sin hacer algo que llevo queriendo hacer desde el primer momento en que la vi. Busco sus ojos y levanto la mano para acunar su cuello. Es muy suave y huele jodidamente bien. Su pelo ondulado es salvaje, estĆ” despeinado como siempre y tiene un aspecto muy sexy. Ella no se resiste, asĆ­ que me inclino despacio y aguanto la respiración. Cuando poso los labios sobre los suyos, todos los pensamientos y todas las preocupaciones se desvanecen de mi mente. Todo se esfuma, excepto ella. Katie es todo lo que siento, todo lo que huelo, todo lo que escucho, todo lo que veo y todo lo que saboreo. Sus labios estĆ”n muy suaves cuando se mueven contra los mĆ­os, con los mĆ­os, y cuando se abren ligeramente y le toco la lengua con la mĆ­a, siento que un escalofrĆ­o de placer me recorre el cuerpo. Desliza la mano desde mi brazo hacia arriba y me coge con cuidado el cuello. La sensación de su tacto hace que emita un suave gemido. Es un sonido que nace en la parte trasera de mi garganta y que no puedo controlar. Su tacto y su sabor es casi demasiado. Ella tambiĆ©n debe de sentirlo porque retrocede. Cuando abro los ojos me doy cuenta de que los de Katie se han oscurecido, como si sus pupilas se hubieran tragado el iris verde.»




«Hundió la cabeza en el hueco de su cuello, entre el cabello sedoso, y cerró los ojos mientras intentaba memorizar ese aroma tan dulce que desprendĆ­a su piel. Joder. Era tan embaucador como ella. Era delicioso. QuerĆ­a probarlo. QuerĆ­a probarla. QuerĆ­a…
—Luke…
—Dime.
—Casi no puedo… respirar.
Aflojó el abrazo de inmediato, pero no la soltó. Harriet rio suavemente mientras recostaba la cabeza en su pecho y él respiró contra su cuello, haciéndole cosquillas. No supo cuÔnto tiempo estuvieron así, pero se habría quedado toda la noche en aquella calle solitaria y fría, pegado a ella, escuchando su respiración pausada.
—DeberĆ­amos volver —murmuró Harriet.
Cuando alzó la cabeza, él la miró muy serio mientras algo se agitaba y se debatía en su pecho. Apoyó su frente en la suya y respiró hondo mientras sopesaba sus palabras.
—DeberĆ­amos, pero…
Miró sus labios. Eran tan apetecibles… HĆŗmedos, tiernos, perfectos.
Antes de poder preguntarse a sĆ­ mismo quĆ© demonios estaba haciendo, inclinó la cabeza y rozó su boca con suavidad, lentamente. Fue un beso tan efĆ­mero como un aleteo y Harriet apenas pudo sentir el tacto de los labios de Luke. QuerĆ­a mĆ”s. QuerĆ­a aunque fuese el recuerdo de su sabor. Ɖl se apartó al tiempo que maldecĆ­a por lo bajo y la frenó con delicadeza cuando ella intentó buscar de nuevo su boca. Le clavó la yema de los dedos en la piel de las caderas; jamĆ”s habĆ­a hecho tal esfuerzo por contenerse. TenĆ­a tantas ganas de besarla que hasta dolĆ­a, pero…
Ella no buscaba aquello, no lo buscaba a Ʃl. Merecƭa algo mejor. Algo estable por una vez en su vida. Algo real y duradero y bonito.
—No lo intentes una vez mĆ”s, porque entonces…
—¿Entonces quĆ©? —Harriet tembló contra su cuerpo.
—Entonces no me controlarĆ©.
—¿Y si no quiero que lo hagas?
—Joder. —Hizo acopio de todas tus fuerzas—. SĆ­ que quieres Harriet. Hazme caso. Es la mejor opción para ti. Si por mĆ­ fuese… —Volvió a mirar su boca entreabierta y tomó una bocanada de aire—. Somos amigos, ¿recuerdas? Esto no deberĆ­a pasar. Y no es lo que tĆŗ quieres, lo que estĆ”s buscando.
Aquello pareció calar hondo en ella, porque finalmente se apartó un poco hacia atrÔs y él aflojó el agarre sobre sus caderas hasta liberarla. Sus miradas se enredaron durante unos instantes eternos, bajo la luz tenue de la única farola que había en la solitaria calle.
—Lo siento —susurró ella.
—No. Yo lo he empezado. Perdóname. —Le tendió una mano que ella aceptó. Sus dedos estaban frĆ­os, en contraste con los de Luke, y se acoplaron de un modo delicioso entre los suyos. Le sonrió—. Vamos. Volvamos a casa.»




«Mario y yo nos miramos en silencio. EstĆ”bamos a la misma altura, puesto que al estar Ć©l un escalón mĆ”s abajo que yo, tenĆ­a los ojos a la altura de los mĆ­os. Y ninguno de los dos pestaƱeamos. No sĆ© cómo empezó todo, pero notĆ© cómo la mano que estaba en mi cintura me apretaba contra Ć©l y cómo yo no ponĆ­a resistencia alguna. Nuestros cuerpos se pegaron. Mis pechos chocaron con el suyo. Mi frente rozaba la suya y tenĆ­a su boca a un centĆ­metro escaso de la mĆ­a. Los dos respirĆ”bamos agitados con las bocas entreabiertas, preparadas para un beso.
—Mario, ¿estĆ”s arriba?
El jodido no se daba por vencido y nosotros tampoco. Sus manos bajaron despacio por mi cintura hasta descansar en mi culo. En mi culo…, culo. Vamos, en pleno cachete. Me agarró fuerte y de un violento empellón me encajó contra sus caderas. Se me escapó un gemido. Mario emitió un pequeƱo gruƱido y me mordió el labio inferior, succionĆ”ndolo despacio. Mis manos entonces se enredaron en su pelo, fuerte y Ć”spero, y tirĆ© de Ć©l, lo que le hizo gemir bajito. OĆ­mos pasos que iban de un lado a otro de la librerĆ­a, pero nos dio un poco igual; en menos de dos segundos nos empezamos a comer la boca como dos lobos hambrientos. Nuestras lenguas volaron y pronto nuestras manos tomaron protagonismo y nos tocamos por encima de la ropa hasta que yo me cansĆ© y le quitĆ© el jersey y la camiseta de una vez. Aunque seguĆ­amos besĆ”ndonos, vi de reojo su pecho con mucho vello, ancho y terso. GemĆ­. Y creo que no lo hice bajito.
—¿EstĆ”s arriba?
Saber que había un hombre por ahí abajo me puso a cien y creo que a Mario también porque enseguida me cogió la camiseta y me la quitó sin pestañear.
—Dame una buena razón para no follarte ahora mismo —jadeó en mi boca.
—Hay un hombre abajo —dije aguantĆ”ndome la risa.
—Esa ni siquiera es una razón tratĆ”ndose de ti.
No hizo falta mĆ”s. Mario me agarró fuerte de la cintura y me llevó en volandas a la buhardilla de nuevo. Avanzamos a trompicones, desnudĆ”ndonos sin parar de besarnos, hasta que mi culo encontró el escritorio que habĆ­a en uno de los rincones.»




«La beso y no entiendo cómo he podido resistirme tanto a volver a hacerlo. Y no comprendo cómo hemos podido estar ocho aƱos sin esto. Y soy incapaz de entender por quĆ© nunca regresĆ©.
Su boca se abre y me busca hambrienta, sin pudor, sin miedo; se deja llevar como siempre hace Sara cuando consigue ganar a ese autocontrol que la mantiene contenida emocionalmente la mayor parte del tiempo. Mi lengua sale al encuentro de la suya y ambos gemimos a la vez, mezclando nuestros alientos, nuestras ganas, nuestro deseo, ese que siempre estuvo ahĆ­, pero que ahora parece multiplicado por mil. La sostengo por los muslos y ella se abraza a mĆ­, apretando sus piernas con firmeza alrededor de mi torso; no tardo ni medio segundo en subir las manos y agarrarle el culo, internando las manos por el borde de sus braguitas.
Dios… es demasiado bueno para no seguir haciendo esto el resto de mi vida…
La sensación de su piel bajo el agua, mojada y resbaladiza contra la mía, de sus pezones duros contra mi pecho a través de la tela que ahora es transparente de su sujetador, sus mechones de pelo empapados haciéndome cosquillas en el cuello, mi sexo apretado contra el vértice de sus piernas pidiéndole permiso y, si me apuras, hasta perdón por haber tardado tanto en volver a buscarla.
Separa nuestras bocas y se mece, haciendo que ese roce ƭntimo sea mƔs intenso y que ella eche la cabeza hacia atrƔs antes de comenzar a dejarme dulces besos en la mandƭbula, en el cuello, en el pecho.
—Sara…»




«—Que te quiero demasiado como para estropearlo.
Le di un beso en el pecho, por encima de la camisa, justo en el corazón y me aparté de su lado en el momento exacto en el que se abrió la puerta del ascensor para liberarnos de la presión y del temor a mirarle a la cara. Ricardo se limitó a abrir la puerta y a dejarme pasar.
Te quiero demasiado, eso acababa de decirle, pero no sĆ© cómo me miró o cuĆ”l fue su expresión, porque de repente me vi dentro de la casa, la puerta se cerró con un golpe seco y me encontrĆ© entre sus brazos como una hoja de papel demasiado fina como para no trasparentar las palabras que encerraba. ¿QuĆ© mĆ”s me quedaba por decir? Te quiero demasiado lo decĆ­a todo. Sus labios sobre los mĆ­os entendĆ­an lo que habĆ­a dicho, pero no respetaban mi deseo de no estropearlo, ni sus manos, ni su pecho, ni los gemidos que se escapaban de su garganta mientras me hacĆ­a retroceder por el pasillo hacia el salón. Le devolvĆ­ el beso, entre jadeos y los temblores de mis dedos enredados en su pelo. Nos dejamos caer en el sofĆ”, con la luz apagada, y seguimos besĆ”ndonos. Lo sentĆ­a todo de Ć©l, cada parte de su cuerpo adherida al mĆ­o. Deseada y querida, asĆ­ me sentĆ­, por la Ćŗnica persona a la que debĆ­a resistirme bajo cualquier concepto. Tiró de mi camiseta hacia arriba y me recorrió la cintura con besos impacientes que anhelaban perderse mĆ”s arriba para volver a bajar despuĆ©s hasta la necesidad que sentĆ­a de Ć©l. Le desabrochĆ© la camisa con unos dedos que aĆŗn no se recuperaban de la sorpresa de tenerle enredado entre la desnudez de mis piernas. ArqueĆ© un poco la espalda cuando dejó el peso de su cuerpo sobre sus manos, apoyadas en mis caderas. Paró y me miró con unos ojos oscuros, tan solo iluminados por la luz de la calle y de las lĆ”mparas del pasillo.
—Te quiero demasiado como para no intentarlo.
Y volvió a besarme, mucho mÔs exigente que antes, con mÔs vehemencia y decisión, porque yo, sorprendida con sus palabras, me había abandonado a sentirle de cualquier manera que él me permitiera. Aunque durase solo ese instante. Un instante que duró demasiado poco, porque unos minutos después, cuando mis pechos respiraban entre sus manos y sus labios me hacían cosquillas en el ombligo, se oyó la puerta de la entrada.
—¡Mierda! —dijo incorporĆ”ndose.»



Cada uno de estos besos ha sido especiales, cada una de estas escenas es especial y revivirlas me ha hecho suspirar y querer releer sus historias nuevamente. Si quieren que haga alguna entradas especial sobre uno de estas novela en particular, ¡no olviden decĆ­rmelo en los comentarios!

¿QuĆ© les han parecido estos besos? ¿Recuerdan algĆŗn otro que las haya emocionado?

29 comentarios:

  1. ¡Hooooola!
    No he leƭdo todos estos besos pero algunas sƭ y al recordarle se me han vuelto a subir las pulsaciones por todo lo que transmiten. El de April fue maravilloso, igual que el de Jayden y Sara. TambiƩn recuerdo ese momento de Tan nosotros con intensidad porque esas dos frases a mƭ me pusieron la piel de gallina. Y Luke y Harriet... Con ellos sobran las palabras.

    ¡Mil besos!

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  2. Hola guapa,
    He leƭdo alguno que otro de estos besos y la verdad es que me calaron muy hondo y me encantaron, ademƔs ha sido fantastico volver a rememorarlos, me ha traido grandes recuerdos. Del resto solo puedo decir que me ha abierto el apetito y me apetece mucho leer esas novelas.
    Besos y nos leemos.

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  3. ¡Hola! Pero quĆ© entrada tan diferente y romĆ”ntica!! Me gusta el de palabras que nunca te dije! De todos no conocĆ­a el libro "tan nosotros"
    Un besito

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  4. Hola!!!

    Me ha encatado esta entrada, la verdad. Te ha quedado preciosa. Yo no recuerdo ninguno en especial, porque mi memoria es algo de pez y no suelo marcar mis libros (quizƔ tenga que cambiar eso pronto), pero me han encantado los de 23 OtoƱos antes de ti y Desde que te fuiste, que son de mis autoras favoritas.

    Besos!

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  5. ¡Hola linda! Me encantó esta sección <3 Hay algunas escenas que ya leĆ­ y se me llena el estómago con mariposas!

    Besos

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  6. ¡Hola! ^^
    Solo he leƭdo los libros "Desde que te fuiste" y "23 otoƱos antes de ti", y esas escenas me parecieron muy bonitas. En cuanto al resto de besos que has puesto, he preferido no leerlos, porque serƭa como spoilearme parte de la historia.

    Besos!

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  7. Hola! Que escenas mƔs bonitas, me han encantado. Hay algunos libros que ya he leƭdo como el de 23 otoƱos y ha sido un placer reencontrarme con estos momentos :)
    Besos!

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  8. Holaa!
    Leer todo eso me recordó lo malo de la soltería. XD
    Buscaré "Palabras que nunca te dije" porque fue el beso que mÔs me gusto, me pareció el mÔs real. Besos

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  9. ¡¡Hola!! Por favor, quĆ© de besos tan preciosos. Se me ha puesto toda la piel de gallina al leer esta entrada. Me ha hecho mucha gracia el de 'Hasta que el viento te devuelva la sonrisa'. ¡Me lo apunto!

    ¡Besos amorosos! :)

    Alejandra - Creando OcƩanos

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  10. Hola Ode, que linda entrada, hay narración de besos que te hacen suspirar, el Isa lo quiero leer jejje

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  11. Hola, solo he leƭdo el de Morgan Matson y el de Sara Ballarƭn y fueron dos novelas que me gustaron mucho y me ha encantado que me recuerdes esos momentos tan mƔgicos. Los demƔs me han encantado tambiƩn y me han dado ganas de leerlos. Un beso y nos leemos.

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  12. ¡Holaaa!
    Sólo puedo decir: Wow que besos!!!
    AmƩ la entrada; leƭ cada uno de ellos y me parecieron tremendos jaja
    Gracias por tan buen post, un besote ^^

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  13. Holaaa
    No leĆ­ todos esos libros pero solo me queda decirte que AME la entrada.
    Besos
    Nos leemos

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  14. Te voy a pedir un favor, suena repetitivo jajajaja pero por favor, vuelve a hacer otra entrada de estas. Hay tantos primeros besos que marcan o simplemente besos que marcan tanto.
    Gracias por hacerme suspirar.

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  15. Hola hola
    La verdad es que me gusta este tipo de entrada ya que no es lo tĆ­pica y hace que se mas amena
    🐾Te espero por el rincón de mis lecturas, un besote

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  16. ¡Hola bonita!
    Ainss, muero de amor con esas escenas *.*
    Algunas de ellas no las conocía porque no he leído el libro en cuestión pero despues de leer esas escenas tan preciosas tengo ganas de leer el libro completo! jaja
    Muchisimas gracias por compartirnos estos trozitos ^^
    Un besote!

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  17. ¡Hola!
    Mi última lectura fue un libro de Morgan y fue toda una decepción... leí el verano de las segundas oportunidades y me encantó, pero no sé que pasó con el nuevo que ha sacado que ni fú ni fÔ, no sé si me pondré con ese otro libro de ella pero después de la decepción lo dejo pasar. Me encanta tu random de besos jaja, me pasaré por la entrada de novedades que siembre subes (ya sabes lo mucho que amo esas entradas tuyas jejje)

    Un abrazo šŸ’œ.

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  18. Si es que se me acelera el corazón al leer cada una de las escenas que has puesto de verdad. Creo que no pueden ser mÔs maravillosas sobre todo la de "Palabras que nunca te dije" y la de "23 Otoños antes de ti" <333333333333333333 Y eso siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii tengo que leer muy pronto el libro de "Hasta que el viento te devuelva la sonrisa" porque promete muuchooooooooooooooooooooooooo ^-^

    ¡SE MUUUY FELIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIZ šŸ˜ŠšŸ˜ŠšŸ’•!

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  19. Hooooola
    Mira estoy sĆŗper de acuerdo contigo con los dos Ćŗltimos, seguramente lo estarĆ­a en todos pero es que los dos Ćŗltimos para mi son los que he leĆ­do y son tan especiales.
    RevivĆ­a con ellos el momento, parecĆ­a que estuviera al lado de los personajes.
    Me encanta este post Ode.
    besos.

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  20. Holaaa
    Yo aun no supero el final de Bright Side, la de paƱuelos que gastƩ ajjaaj
    Me encanta la entrada <3
    Un besito

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  21. ¡Hola bonita!
    Ay, solo he leído uno de estos libros, qué desastre jajaja Tan nosotros me gustó bastante y me acuerdo perfectamente de esa escena <3 El fragmento de Alexandra Roma no lo he leído porque quiero leer la novela, pero el resto son todos preciosos <3.
    ¡Besitos sonĆ”mbulos! ★šŸŒ™

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  22. Hola!! Me han encantado todos, aunque la mayorĆ­a de los libros no los he leĆ­do y ahora me he quedado con las ganas. El de Hasta que el viento te devuelva la sonrisa y Palabras que nunca te dije me parecen preciosos *-* (al igual que los libros). Una entrada muy original, enhorabuena!! Un saludo

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  23. Hola.

    La entrada es preciosa a mƔs no poder. Que besos mƔs mƭticos, todavƭa recuerdo con mucho cariƱo y anda que no me lo pasƩ bien con el de Hasta que el viento te devuelva la sonrisa. Que ganas tengo de descubrir esos momentos memorables en Bright side, lady killer y 23 otoƱos antes de ti, me has recordado que quiero leer mucho mƔs de Alice Kellen, lo bueno es que tengo 3 de sus libros en papel.

    Muchos besos.

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  24. Pues no he leĆ­do ninguno pero si tengo pendiente en la estanterĆ­a, la verdad es que algunos son muy bonitos y emotivos (L)
    Un besote guapa me ha gustado mucho esta entrada, asĆ­ diferente a lo normal ^^

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  25. Hola!
    De los besos que mencionas he tenido la oportunidad de leer Palabras que nunca te dije y 23 Otoños antes de ti, esta última historia me gustó mucho mÔs y ese primer acercamiento es lo mÔs de dulce, deja con expectativas y ese fuego lento se agradece bastante.
    Te ha quedado super bonita la entrada.
    ßƐS❤S

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  26. Hola
    Me gusto demasiado la entrada me pareció algo distinto y bastante romantico.
    Ame todos los besos.
    Besos
    Nos leemos

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  27. ¡Hola, hola! Me encanta esta entrada, de todos los besos que mencionas solo conozco los de Lady Killer y Contigo en el mundo, dos libros que leĆ­ por ti jiji. Sin duda son geniales y espero poder leer los demĆ”s para asĆ­ conocer esos besos que tanto te han llamado la atención, espero leer mĆ”s entradas asĆ­ ♥

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  28. Hola!
    Interesante entrada pero solo he leĆ­do uno de los libros jaja Pero me llevo algunos apuntados.
    Un beso!

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  29. Hola Ode!!
    Anda, yo pensaba que te había comentado esta entrada y veo que no fue así. He estado echando un vistazo a la entrada anterior y déjame decirte que me han gustado muchísimo las dos y que me llevo mÔs de un libro anotado ya mismo. De esta ronda que has hecho solo he leído Palabras que nunca te dije y ese besó me encantó por todo lo que supone para los dos protagonistas y el de 23 Otoños que me pareció precioso también ;D
    Gracias por compartirlos!!
    Besos :33

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