Sinopsis

Los recuerdos viven de nosotros, pero respiramos a través de ellos.
Carlota tiene veinte años, un secreto y un billete de avión para Castle Combe. Está decidida: va a ser una persona nueva y va a olvidar a la chica del sombrero azul. Por ello, cuando llega a la granja de Helen Robinson, comienza a ignorar todos los problemas que se han quedado en Barcelona. Sin embargo, con su caótica estancia en el pueblo inglés y la insufrible presencia de Clark, el nieto de Helen, saldrán a relucir los temores olvidados y un fantasma que aún sigue muy vivo.
El viaje de su vida traerá consigo el recuerdo de su hermana Candela y la necesidad de reencontrarse con ella, pero también la ternura y la incertidumbre de haberse enamorado de alguien que puede desaparecer. Así, con escala en Barcelona-Castle Combe-Camprodon, Carlota abrirá la puerta de una habitación que lleva vacía mucho tiempo: la del perdón. Pero ¿encontrará la manera de no volver a cerrarla cuando descubra que no es la única que tiene algo que esconder?

Autor(a): Ana María Draghia
N.° de páginas: 354 | Saga: No
Editorial: HQÑ | ISBN: 9788413074214 | Año de publicación: 2018
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Opinión Personal

No es la primera vez que leo a esta autora y les aseguro que tampoco será la última.

Las historias de Ana son tan dulces... ¡me encantan! Sin embargo, la sinopsis de esta novela no logró llamar mi atención de inmediato, es más, fue justo lo que me hizo que la retrasara tanto tiempo. Así que si aceptan un consejo de corazón: no le presten atención.

Lo que más me gustó de esta lectura es la pluma sencilla y amena de la autora. Desde el principio la historia se plantea con claridad y la propuesta es disfrutar de un relato que no intenta ser pretencioso.

Carlota, es una chica que nos cuenta en primera persona que necesita pasar una temporada lejos de su hogar, por lo que desde el momento en que la conocemos nos embarcamos junto a ella en un viaje que la llevará a un pueblo perdido en Inglaterra en el que deberá pasar todo el verano cuidando de una niña y atendiendo algunos oficios en una granja en Castle Combe. Sin embargo, pronto se da cuenta de que es complicado dejar todo el dolor atrás, ya es imposible olvidar los recuerdos que siempre están con ella.

*Fan-Art hecho sin ánimos de lucro con imagen conseguida en Pinterest*

La chica del sombrero azul vive enfrente me dejó una sensación tan placida en el pecho, que al finalizar la lectura no quise abrir ningún otro libro; necesitaba seguir saboreando todas las emociones que estuvieron impregnadas hasta en los párrafos más casuales un rato más, porque esta historia romántica está contenida en una realidad que toca aristas muy emotivas.

Ana María Draghia construye esta novela con un estilo muy sutil, en el que va tejiendo un relato cargado de vida; con luces y sombras que despiertan los sentidos e inunda de sensaciones cálidas y dulces al lector. Además, no se olvida de imprimirle lo más real y verosímil de estos tiempos a la historia y juega a pasarle muy por encima al drama, que sin ir a lo obvio, muestra como nace un amor de a poco y que recoge la realidad y la acuna con lo más lindo de la vida.

Los personajes son la magia de esta historia.  Ellos, sus sentimientos, sus frustraciones, miedos y sus fortalezas construyen un relato que nos habla de lo que hay en nuestro interior.

Carlota es de esas protagonistas que no tiene miedo de mostrar sus defectos a primera vista y es por eso que la quise inmediatamente. Es una mujer que oculta sus vulnerabilidades y se cubre con una coraza de mujer dura, pero en el fondo, es solamente alguien a la que le arrebataron lo que más quería en la vida. Aprendí a querer este personaje en pocas páginas y al final me encontré con una protagonista deliciosa, que fue evolucionando y creciendo mientras la iba leyendo.






Clark puede decir todo lo que una mujer no quiere escuchar y aún así, hacer lo que toda mujer necesita. Es temperamental como el demonio pero con una sensibilidad profunda, humana. Es de esos hombres que se quedan a tu lado cuando los demás salen corriendo. Él, con su protección, nos cura las heridas, nos besa el alma y nos hace más queridas y acompañadas.

Por momentos, las emociones me desbordaron y me obligaron a parar la lectura y dejar fluir el lagrimeo. Pero les aseguro que son de esas lágrimas que concilian, que están llenas de amor y ruegos al querer que a nuestra gente no le suceda nada malo.

Otra vez Ana María Draghia nos ha regalado una historia de amor bonita, con un espíritu verosímil, original y ágil que se aleja de los clichés del género y que sin tener ningún tipo de pretensiones conmueve, enamora y nos hace querer más. Las que ya la leyeron seguramente la disfrutaron tanto como yo.