
Buen dĆa Booklovers
Hace unos dĆas mientras revisaba mi perfil personal de facebook me puse a pensar en una escena que acababa de leer minutos antes entre Savannah y Caleb de Cruzando los lĆmites y caĆ en cuenta en que no me decidĆa cuĆ”l beso entre ellos me gustaba mĆ”s.
Luego pensĆ© que siempre me pasa lo mismo, nunca logro definirme cuĆ”l beso me gusta mĆ”s entre los personajes de un libro. Es por eso que hoy he querido recopilar algunos de esos momentos tan especiales que nos han hecho contener la respiraciĆ³n y sonreĆr como tontas cuando los leemos.
Ā«Savannah abriĆ³ la boca para contestar, pero no pudo. Estaba atrapada en aquellos ojos oscuros y maliciosos, y su aliento sobre el rostro no la dejaba pensar. Se mordiĆ³ el labio hasta hacerse daƱo.
āNo hagas eso āmusitĆ³ Ć©l con una advertencia en los ojos.
āĀæEl quĆ©? āSe humedeciĆ³ los labios resecos.
āĀ”Joder, eso! āgimiĆ³ Caleb con la respiraciĆ³n acelerada.
La agarrĆ³ por el cuello y la besĆ³ en la boca, anhelante, intenso y lleno de pasiĆ³n. La atrajo con firmeza hacia Ć©l. EntreabriĆ³ los labios y su lengua rozĆ³ los de ella, incitĆ”ndola a abrir la boca. Ella separĆ³ los labios con un gemido y se estremeciĆ³ cuando Ć©l la tomĆ³ por completo, incapaz de pensar, solo consciente de su sabor. Su lengua la provocaba y la saboreaba con avidez, mientras la apretaba contra sus caderas. La besĆ³ con mĆ”s fuerza, exigiendo la respuesta que estaba provocando en ella.
Asustada y excitada, Savannah dejĆ³ de contenerse. Sus manos se movieron con vida propia, deslizĆ”ndose por sus bĆceps. Le recorrieron los hombros, el cuello y se enredaron en su pelo. EmitiĆ³ un profundo gemido y contuvo el aliento un segundo. Su pecho subĆa y bajaba cada vez mĆ”s rĆ”pido, sorprendida de su propia respuesta. La toalla continuaba en su sitio porque la presiĆ³n entre sus cuerpos no la dejaba caer. Ćl aflojĆ³ un poco y convirtiĆ³ el beso en un baile lento y mucho mĆ”s profundo. Dios, nunca la habĆan besado asĆ. SusurrĆ³ su nombre con un quejido cuando Ć©l le mordiĆ³ el labio inferior y volviĆ³ a sumergirse en su boca con una pereza premeditada que le aflojĆ³ todas las articulaciones. Los besos se tornaron mĆ”s lentos hasta que rompieron el contacto por la falta de aire.Ā»
Ā«Lo besĆ©, para ver si asĆ volvĆa. Lo besĆ© y posĆ© mis labios en los suyos de modo que nuestras respiraciones se entremezclaron y las lĆ”grimas de mis ojos se convirtieron en sal en su piel, y me dije a mĆ misma que, en algĆŗn lugar, unas diminutas partĆculas de Ć©l serĆan parte de mĆ, ingeridas, tragadas, vivas, perpetuas. Quise apretar mi cuerpo por completo contra Ć©l. Quise inspirarle un deseo. Quise entregarle toda la vida que sentĆa y obligarle a vivir.
ComprendĆ que tenĆa miedo a vivir sin Ć©l. ĀæCĆ³mo es que tienes el derecho a destrozarme la vida, quise preguntarle, pero yo no tengo ningĆŗn poder en la tuya?
Pero se lo habĆa prometido.
AsĆ que lo abracĆ©, Will Traynor, experto exnegociador en Londres, exsubmarinista temerario, deportista, viajero, amante. Lo abracĆ© con fuerza y no dije nada, sin dejar de decirle en silencio que era amado. Oh, pero cĆ³mo era amado.
Ni siquiera sĆ© cuĆ”nto tiempo permanecimos asĆ. Yo era vagamente consciente de una conversaciĆ³n al otro lado de la puerta, del ruido de los zapatos, del campanario de una iglesia distante que repicaba en algĆŗn lugar. Por fin, notĆ© que exhalaba un gran suspiro, casi un estremecimiento, y apartĆ³ la cabeza apenas un centĆmetro para que nos viĆ©ramos con claridad.Ā»
Ā«āĀæQuĆ© estĆ”s haciendo?
āNo lo sĆ©. Te toco. āAscendiĆ³ por el mentĆ³n y las mejillas, despacio, disfrutando del recorrido, como si estuviese dibujĆ”ndola con los dedos en su memoria. LimpiĆ³ las lĆ”grimas que todavĆa brillaban sobre su piel, eliminando aquel rastro de dolorā. Y creo que voy a besarte.
āMikeā¦
āĀæTe apartarĆ”s si lo hago?
āTendrĆ”s que arriesgarte.
Lo hizo. ArriesgĆ³.
Fue un beso tierno, hĆŗmedo, lento. Mike atrapĆ³ aquellos labios entre los suyos y mordisqueĆ³ con cuidado la piel suave y deliciosa mientras Rachel gemĆa en su boca.
Estaba perdiendo el control. TenĆa la certeza de que aquello no era lo correcto; no para ella, al menos, pero la deseaba mĆ”s que nada en el mundo. Y, por eso mismo, temĆa arrastrarla a su infierno. Ella merecĆa algo mejor, mĆ”s estable.
Mike desechĆ³ la llamada de su conciencia y profundizĆ³ el beso ignorando el intenso dolor que sentĆa en el labio a causa de la reciente herida, y acunĆ³ su rostro con ambas manos, trazando pequeƱos cĆrculos con el pulgar sobre su mejilla. No querĆa perderla. TodavĆa no.Ā»
Ā«āEs como si viviera bajo un cielo gris de nubes cargadas de lluvia. EstĆ”n ahĆ arriba, sobre mi cabeza, conteniĆ©ndose, esperando para liberar toda su furiaā¦ Y sĆ© que tiene que ocurrir. Solo tengo que ser paciente, sobrevivir en este espacio gris que es mi hogar y mi mundo. AlgĆŗn dĆa, en algĆŗn momento, la tormenta estallarĆ”. Y yo abrirĆ© los brazos y mirarĆ© al cielo, dejarĆ© que el agua me empapeā¦ y serĆ© libre por fin.
Ana traga saliva y se le escapa una lƔgrima. Me inclino y poso los labios en su mejilla para secar el rastro que va dejando. Ella no se aparta.
āLeoā¦ āme llama, me busca.
Cuando nuestras bocas se encuentran, veo una luz al final de mi tĆŗnel. Ella es suave y dulce, tan perfecta que me duele. Mi corazĆ³n bombea tan fuerte en el pecho que tengo miedo de que se dĆ© cuenta de que me aterra su simple contacto. Ella es la novia de Mike, seguro que estĆ” comparando nuestros besos. Yo nunca he besado a nadie. Me da miedo decepcionarla, que no encuentre en mĆ lo que ha encontrado en chicos como Mike. Pero me aterra mĆ”s que quiera apartarseā¦
Por suerte, no lo hace.Ā»
Ā«AlcĆ© la mirada hacia Ć©l y pensĆ© que no estaba bien besar a alguien en la casa de Ana Frank, pero luego pensĆ© que, al fin y al cabo, Ana Frank besĆ³ a alguien en la casa de Ana Frank, y que seguramente nada le habrĆa gustado mĆ”s para su casa que verla convertida en un lugar en el que jĆ³venes irreparablemente destrozados se abandonan al amor.
Otto Frank decĆa en el vĆdeo, en su inglĆ©s con acento: Ā«Debo decir que me sorprendiĆ³ mucho que los pensamientos de Ana fueran tan profundosĀ».
Nos besamos. SoltĆ© el carrito del oxĆgeno y le pasĆ© la mano por la nuca, y Ć©l me alzĆ³ por la cintura hasta dejarme de puntillas. Cuando sus labios entreabiertos rozaron los mĆos, empecĆ© a sentir que me faltaba la respiraciĆ³n, pero de una manera nueva y fascinante. El mundo que nos rodeaba se esfumĆ³, y por un extraƱo momento me gustĆ³ realmente mi cuerpo. De pronto, aquel cuerpo destrozado por el cĆ”ncer que llevaba aƱos arrastrando parecĆa merecer la batalla, los tubos en el pecho, las cĆ”nulas y la incesante traiciĆ³n de los tumores.Ā»
Ā«En ese instante se oyĆ³ un fuerte estrĆ©pito: Hermione habĆa soltado los colmillos de basilisco que llevaba en los brazos. CorriĆ³ hacia Ron, se le echĆ³ al cuello y le plantĆ³ un beso en la boca. El chico soltĆ³ tambiĆ©n los colmillos y la escoba y le devolviĆ³ el beso con tanto entusiasmo que la levantĆ³ del suelo.
āĀæOs parece que es el momento mĆ”s oportuno? āpreguntĆ³ Harry con un hilo de voz, y como no le hicieron ni caso, sino que se abrazaron aĆŗn mĆ”s fuerte y se balancearon un poco, les gritĆ³ā: Ā”Eh! Ā”Que estamos en guerra!
Ambos se separaron un poco, pero siguieron abrazados.
āYa lo sĆ©, colega ādijo Ron con cara de atontado, como si acabaran de darle en la cabeza con una bludgerā. Precisamente por eso. O ahora o nunca, Āæno?
āĀ”Piensa en el Horrocrux! āle soltĆ³ Harryā. ĀæCrees que podrĆ”s aguantarte hasta que consigamos la diadema?
āSĆ, claro, claro. Lo siento āse disculpĆ³ Ron, y con Hermione, ambos ruborizados, se ocuparon de recoger los colmillos del suelo.Ā»
Ā«Aun asĆ tuve que hacerlo, porque querĆa comprobarlo; querĆa saber si empezaba a ser capaz de sentir algo nuevo, pero sobre todo, lo hice porque ya empezaba a asomarse en serio la nueva Daniela y ella querĆa hacerlo y no arrepentirse despuĆ©s de no haberlo intentado. Y quĆ© coƱo, que nos lo merecĆamos.
āĀæVale, Dana?
āSĆ, de verdad. Solo dĆ©jame comprobar una cosa.
Luca asintiĆ³ con la cabeza, yo alcĆ© la mĆa y lo besĆ©. Al principio se tensĆ³ y apretĆ³ mi cuerpo con la mano que seguĆa sobre mi hombro, pero al instante sentĆ cĆ³mo se relajaba bajo mis manos, que lo sujetaban por las mejillas, abriĆ³ la boca y su lengua se internĆ³ en la mĆa; y, aunque pudiera parecerlo, no fue un beso sexual, ni siquiera me invadiĆ³ un deseo mayor de tocarlo. Fue un beso bonito, con sentimiento, un beso que le di a Luca porque querĆa hacerlo, porque las otras tres veces que nos habĆamos besado lo hice con la intenciĆ³n de cabrear a MartĆn y no de besarlo a Ć©l, pero ese sĆ. Ese fue mi primer beso con Luca. Porque nos merecĆamos un beso que solo fuera nuestro.Ā»
Ā«āSuĆ©ltame.
Liam se ahoga, el corazĆ³n le late tan fuerte que incluso yo puedo sentirlo. Harto de tantas dudas y de esa tensiĆ³n que existe entre nosotros, siento el instante exacto en que se rinde.
Liam me besa.
Nuestros alientos se rozan, el corazĆ³n de Liam se afloja un segundo y despuĆ©s recupera el pulso, nuestras bocas se encuentran. Me sujeta con fuerza, suspira, sonrĆe y sigue besĆ”ndome. Yo tiemblo en sus brazos. Liam me estĆ” besando. CreĆ que no volverĆa a hacerlo nunca y ahora me pregunto cĆ³mo podrĆa haber seguido con vida sin este beso. Tengo el cuerpo pegado al de Ć©l y lo beso ansiosa, furiosa, mordiĆ©ndole, sujetĆ”ndole para que no se aparte. Pero de repente el beso de Liam se vuelve dulce, tierno, incluso inseguro. Doloroso. Me recorre los labios con la lengua, dejo que note mis miedos y mis dudas, me acaricia la mejilla con la mano y yo enredo los dedos en su pelo. Liam baja las manos por mis brazos y las detiene en mi cintura. No quiere soltarme. No quiero que me suelte.
Entonces noto que se tensa un segundo y, cuando suelta el aliento, me besa durante un instante como me besĆ³ una vez aquĆ mismo. Es un beso lleno de recuerdos...Ā»
Ā«Nos miramos. Es de noche y las luces de la avenida principal de la ciudad brillan por todas partes. Se escucha el vocerĆo de la gente que se acerca a ver el espectĆ”culo del Bellagio. Las luces y el movimiento del agua se reflejan en los ojos grandes y color caramelo de Gabriel, que se inclina hacia mĆ. A pesar de que sĆ© que me va a besar, me sobresalto cuando vuelve a acercarse un poco mĆ”s. Cierro los ojos y sus labios se aprietan sobre los mĆos. Oh, Diosā¦, Gabriel me estĆ” besando.
Que deje de girar el mundo, por favor, porque Gabriel me estĆ” besando. Y no es uno de esos besos que te das con un amigo, porque sus labios se resbalan de pronto de entre los mĆos, humedecidos. Lanzo los brazos alrededor de su cuello y Ć©l me abraza con fuerza mientras abre ligeramente la boca. Su lengua acaricia la mĆa y sus manos se meten entre mi pelo. Soy consciente de cada partĆcula de mi ser, de cada respiraciĆ³n y milĆmetro de mi piel. Creo que voy a correrme cuando su mano derecha baja de mi cintura hasta cogerme el trasero y me apriete contra Ć©l. Su lengua baila despacio con la mĆa, casi tĆmidamente, haciendo de este beso lo mĆ”s parecido que conozco a un beso de amor. Ćlvaro dijo que me darĆa un beso de amor peroā¦ no fue asĆ. Ni siquiera se le pareciĆ³. Con este el mundo al completo ha desaparecido. No hay fuente, no hay gente, no hay sonido alguno. Y cuando se termina y nos quedamos abrazados, casi siento ganas de llorar, porque quiero encontrar una excusa para poder volver a hacerlo. Gabriel suspira. āEs evidente que si no te quisiera tanto, esto iba a terminar en nuestra habitaciĆ³n.
SonrĆo con tristeza.
āNo ha sido un beso de amor āsusurro mientras lo abrazo mĆ”s para convencerme a mĆ misma que a Ć©l.
āQuĆ© mala suerte āsusurra Ć©l tambiĆ©nā. No es ese tipo de amor.
SĆ, quĆ© mala suerte. Joder, Silvia, se veĆa venirā¦Ā»
Ā«
Nos estamos besando como locos. Como si nuestras vidas dependieran de ello. Su lengua entra en mi boca, suavemente pero con exigencia. Esto no se parece a ninguna experiencia previa. De repente entiendo por quĆ© la gente compara besarse con derretirse, porque cada centĆmetro de mi cuerpo se disuelve en el suyo. Mis dedos le cogen el pelo, acercĆ”ndolo. Mis venas vibran y mi corazĆ³n explota. Nunca habĆa querido a nadie asĆ. Nunca.
Ćl me empuja y nos tumbamos en el suelo, liĆ”ndonos delante de los niƱos con sus globos rojos y de los abuelos con sus partidas de ajedrez y de los turistas con sus mapas. Pero me da igual. Toda esta gente me da igual.
Lo Ćŗnico que quiero es a Ćtienne.
El peso de su cuerpo sobre el mĆo es extraordinario. Lo siento, entero, presionando el mĆo. Inhalo su crema de afeitar, su champĆŗ, y todos esos olores adicionales que sonā¦ Ć©l. El olor mĆ”s delicioso que podrĆa imaginar.
Quiero respirarlo, lamerlo, comerlo, beberlo. Sus labios saben a miel. Sus mejillas estĆ”n cubiertas por una barba de dos dĆas que me rasca la cara, pero me da igual, no me importa. Me siento genial. Sus manos estĆ”n en todas partes y aunque su boca ya estĆ” sobre la mĆa, lo quiero mĆ”s y mĆ”s cerca todavĆa.
Y de repente se detiene. Por instinto. Su cuerpo estĆ” rĆgido.Ā»
Este Ćŗltimo libro es un beso prestado por una gran amiga que al comentarle que querĆa hacer esta entrada me dijo que debĆa incluir los besos entre Anna y Ćtienne. Cuando tuve que hacer la bĆŗsqueda de algĆŗn beso entre ellos me picĆ³ tanto la curiosidad que terminĆ© comprando el libro y es seguro que pronto lo leerĆ©.
Pude incluir mĆ”s besos, pero creo que la entrada se estaba haciendo bastante larga, asĆ que considero que quizĆ”s en un futuro haga una segunda entrega e incluya otros tantos que recuerdo con mucho cariƱo pero que se han tenido que quedar por fuera en esta ocasiĆ³n.
Hace unos dĆas mientras revisaba mi perfil personal de facebook me puse a pensar en una escena que acababa de leer minutos antes entre Savannah y Caleb de Cruzando los lĆmites y caĆ en cuenta en que no me decidĆa cuĆ”l beso entre ellos me gustaba mĆ”s.
Luego pensĆ© que siempre me pasa lo mismo, nunca logro definirme cuĆ”l beso me gusta mĆ”s entre los personajes de un libro. Es por eso que hoy he querido recopilar algunos de esos momentos tan especiales que nos han hecho contener la respiraciĆ³n y sonreĆr como tontas cuando los leemos.


āNo hagas eso āmusitĆ³ Ć©l con una advertencia en los ojos.
āĀæEl quĆ©? āSe humedeciĆ³ los labios resecos.
āĀ”Joder, eso! āgimiĆ³ Caleb con la respiraciĆ³n acelerada.
La agarrĆ³ por el cuello y la besĆ³ en la boca, anhelante, intenso y lleno de pasiĆ³n. La atrajo con firmeza hacia Ć©l. EntreabriĆ³ los labios y su lengua rozĆ³ los de ella, incitĆ”ndola a abrir la boca. Ella separĆ³ los labios con un gemido y se estremeciĆ³ cuando Ć©l la tomĆ³ por completo, incapaz de pensar, solo consciente de su sabor. Su lengua la provocaba y la saboreaba con avidez, mientras la apretaba contra sus caderas. La besĆ³ con mĆ”s fuerza, exigiendo la respuesta que estaba provocando en ella.
Asustada y excitada, Savannah dejĆ³ de contenerse. Sus manos se movieron con vida propia, deslizĆ”ndose por sus bĆceps. Le recorrieron los hombros, el cuello y se enredaron en su pelo. EmitiĆ³ un profundo gemido y contuvo el aliento un segundo. Su pecho subĆa y bajaba cada vez mĆ”s rĆ”pido, sorprendida de su propia respuesta. La toalla continuaba en su sitio porque la presiĆ³n entre sus cuerpos no la dejaba caer. Ćl aflojĆ³ un poco y convirtiĆ³ el beso en un baile lento y mucho mĆ”s profundo. Dios, nunca la habĆan besado asĆ. SusurrĆ³ su nombre con un quejido cuando Ć©l le mordiĆ³ el labio inferior y volviĆ³ a sumergirse en su boca con una pereza premeditada que le aflojĆ³ todas las articulaciones. Los besos se tornaron mĆ”s lentos hasta que rompieron el contacto por la falta de aire.Ā»


ComprendĆ que tenĆa miedo a vivir sin Ć©l. ĀæCĆ³mo es que tienes el derecho a destrozarme la vida, quise preguntarle, pero yo no tengo ningĆŗn poder en la tuya?
Pero se lo habĆa prometido.
AsĆ que lo abracĆ©, Will Traynor, experto exnegociador en Londres, exsubmarinista temerario, deportista, viajero, amante. Lo abracĆ© con fuerza y no dije nada, sin dejar de decirle en silencio que era amado. Oh, pero cĆ³mo era amado.
Ni siquiera sĆ© cuĆ”nto tiempo permanecimos asĆ. Yo era vagamente consciente de una conversaciĆ³n al otro lado de la puerta, del ruido de los zapatos, del campanario de una iglesia distante que repicaba en algĆŗn lugar. Por fin, notĆ© que exhalaba un gran suspiro, casi un estremecimiento, y apartĆ³ la cabeza apenas un centĆmetro para que nos viĆ©ramos con claridad.Ā»


āNo lo sĆ©. Te toco. āAscendiĆ³ por el mentĆ³n y las mejillas, despacio, disfrutando del recorrido, como si estuviese dibujĆ”ndola con los dedos en su memoria. LimpiĆ³ las lĆ”grimas que todavĆa brillaban sobre su piel, eliminando aquel rastro de dolorā. Y creo que voy a besarte.
āMikeā¦
āĀæTe apartarĆ”s si lo hago?
āTendrĆ”s que arriesgarte.
Lo hizo. ArriesgĆ³.
Fue un beso tierno, hĆŗmedo, lento. Mike atrapĆ³ aquellos labios entre los suyos y mordisqueĆ³ con cuidado la piel suave y deliciosa mientras Rachel gemĆa en su boca.
Estaba perdiendo el control. TenĆa la certeza de que aquello no era lo correcto; no para ella, al menos, pero la deseaba mĆ”s que nada en el mundo. Y, por eso mismo, temĆa arrastrarla a su infierno. Ella merecĆa algo mejor, mĆ”s estable.
Mike desechĆ³ la llamada de su conciencia y profundizĆ³ el beso ignorando el intenso dolor que sentĆa en el labio a causa de la reciente herida, y acunĆ³ su rostro con ambas manos, trazando pequeƱos cĆrculos con el pulgar sobre su mejilla. No querĆa perderla. TodavĆa no.Ā»

Ana traga saliva y se le escapa una lƔgrima. Me inclino y poso los labios en su mejilla para secar el rastro que va dejando. Ella no se aparta.
āLeoā¦ āme llama, me busca.
Cuando nuestras bocas se encuentran, veo una luz al final de mi tĆŗnel. Ella es suave y dulce, tan perfecta que me duele. Mi corazĆ³n bombea tan fuerte en el pecho que tengo miedo de que se dĆ© cuenta de que me aterra su simple contacto. Ella es la novia de Mike, seguro que estĆ” comparando nuestros besos. Yo nunca he besado a nadie. Me da miedo decepcionarla, que no encuentre en mĆ lo que ha encontrado en chicos como Mike. Pero me aterra mĆ”s que quiera apartarseā¦
Por suerte, no lo hace.Ā»


Otto Frank decĆa en el vĆdeo, en su inglĆ©s con acento: Ā«Debo decir que me sorprendiĆ³ mucho que los pensamientos de Ana fueran tan profundosĀ».
Nos besamos. SoltĆ© el carrito del oxĆgeno y le pasĆ© la mano por la nuca, y Ć©l me alzĆ³ por la cintura hasta dejarme de puntillas. Cuando sus labios entreabiertos rozaron los mĆos, empecĆ© a sentir que me faltaba la respiraciĆ³n, pero de una manera nueva y fascinante. El mundo que nos rodeaba se esfumĆ³, y por un extraƱo momento me gustĆ³ realmente mi cuerpo. De pronto, aquel cuerpo destrozado por el cĆ”ncer que llevaba aƱos arrastrando parecĆa merecer la batalla, los tubos en el pecho, las cĆ”nulas y la incesante traiciĆ³n de los tumores.Ā»


āĀæOs parece que es el momento mĆ”s oportuno? āpreguntĆ³ Harry con un hilo de voz, y como no le hicieron ni caso, sino que se abrazaron aĆŗn mĆ”s fuerte y se balancearon un poco, les gritĆ³ā: Ā”Eh! Ā”Que estamos en guerra!
Ambos se separaron un poco, pero siguieron abrazados.
āYa lo sĆ©, colega ādijo Ron con cara de atontado, como si acabaran de darle en la cabeza con una bludgerā. Precisamente por eso. O ahora o nunca, Āæno?
āĀ”Piensa en el Horrocrux! āle soltĆ³ Harryā. ĀæCrees que podrĆ”s aguantarte hasta que consigamos la diadema?
āSĆ, claro, claro. Lo siento āse disculpĆ³ Ron, y con Hermione, ambos ruborizados, se ocuparon de recoger los colmillos del suelo.Ā»


āĀæVale, Dana?
āSĆ, de verdad. Solo dĆ©jame comprobar una cosa.
Luca asintiĆ³ con la cabeza, yo alcĆ© la mĆa y lo besĆ©. Al principio se tensĆ³ y apretĆ³ mi cuerpo con la mano que seguĆa sobre mi hombro, pero al instante sentĆ cĆ³mo se relajaba bajo mis manos, que lo sujetaban por las mejillas, abriĆ³ la boca y su lengua se internĆ³ en la mĆa; y, aunque pudiera parecerlo, no fue un beso sexual, ni siquiera me invadiĆ³ un deseo mayor de tocarlo. Fue un beso bonito, con sentimiento, un beso que le di a Luca porque querĆa hacerlo, porque las otras tres veces que nos habĆamos besado lo hice con la intenciĆ³n de cabrear a MartĆn y no de besarlo a Ć©l, pero ese sĆ. Ese fue mi primer beso con Luca. Porque nos merecĆamos un beso que solo fuera nuestro.Ā»


Liam se ahoga, el corazĆ³n le late tan fuerte que incluso yo puedo sentirlo. Harto de tantas dudas y de esa tensiĆ³n que existe entre nosotros, siento el instante exacto en que se rinde.
Liam me besa.
Nuestros alientos se rozan, el corazĆ³n de Liam se afloja un segundo y despuĆ©s recupera el pulso, nuestras bocas se encuentran. Me sujeta con fuerza, suspira, sonrĆe y sigue besĆ”ndome. Yo tiemblo en sus brazos. Liam me estĆ” besando. CreĆ que no volverĆa a hacerlo nunca y ahora me pregunto cĆ³mo podrĆa haber seguido con vida sin este beso. Tengo el cuerpo pegado al de Ć©l y lo beso ansiosa, furiosa, mordiĆ©ndole, sujetĆ”ndole para que no se aparte. Pero de repente el beso de Liam se vuelve dulce, tierno, incluso inseguro. Doloroso. Me recorre los labios con la lengua, dejo que note mis miedos y mis dudas, me acaricia la mejilla con la mano y yo enredo los dedos en su pelo. Liam baja las manos por mis brazos y las detiene en mi cintura. No quiere soltarme. No quiero que me suelte.
Entonces noto que se tensa un segundo y, cuando suelta el aliento, me besa durante un instante como me besĆ³ una vez aquĆ mismo. Es un beso lleno de recuerdos...Ā»


Que deje de girar el mundo, por favor, porque Gabriel me estĆ” besando. Y no es uno de esos besos que te das con un amigo, porque sus labios se resbalan de pronto de entre los mĆos, humedecidos. Lanzo los brazos alrededor de su cuello y Ć©l me abraza con fuerza mientras abre ligeramente la boca. Su lengua acaricia la mĆa y sus manos se meten entre mi pelo. Soy consciente de cada partĆcula de mi ser, de cada respiraciĆ³n y milĆmetro de mi piel. Creo que voy a correrme cuando su mano derecha baja de mi cintura hasta cogerme el trasero y me apriete contra Ć©l. Su lengua baila despacio con la mĆa, casi tĆmidamente, haciendo de este beso lo mĆ”s parecido que conozco a un beso de amor. Ćlvaro dijo que me darĆa un beso de amor peroā¦ no fue asĆ. Ni siquiera se le pareciĆ³. Con este el mundo al completo ha desaparecido. No hay fuente, no hay gente, no hay sonido alguno. Y cuando se termina y nos quedamos abrazados, casi siento ganas de llorar, porque quiero encontrar una excusa para poder volver a hacerlo. Gabriel suspira. āEs evidente que si no te quisiera tanto, esto iba a terminar en nuestra habitaciĆ³n.
SonrĆo con tristeza.
āNo ha sido un beso de amor āsusurro mientras lo abrazo mĆ”s para convencerme a mĆ misma que a Ć©l.
āQuĆ© mala suerte āsusurra Ć©l tambiĆ©nā. No es ese tipo de amor.
SĆ, quĆ© mala suerte. Joder, Silvia, se veĆa venirā¦Ā»


Ćl me empuja y nos tumbamos en el suelo, liĆ”ndonos delante de los niƱos con sus globos rojos y de los abuelos con sus partidas de ajedrez y de los turistas con sus mapas. Pero me da igual. Toda esta gente me da igual.
Lo Ćŗnico que quiero es a Ćtienne.
El peso de su cuerpo sobre el mĆo es extraordinario. Lo siento, entero, presionando el mĆo. Inhalo su crema de afeitar, su champĆŗ, y todos esos olores adicionales que sonā¦ Ć©l. El olor mĆ”s delicioso que podrĆa imaginar.
Quiero respirarlo, lamerlo, comerlo, beberlo. Sus labios saben a miel. Sus mejillas estĆ”n cubiertas por una barba de dos dĆas que me rasca la cara, pero me da igual, no me importa. Me siento genial. Sus manos estĆ”n en todas partes y aunque su boca ya estĆ” sobre la mĆa, lo quiero mĆ”s y mĆ”s cerca todavĆa.
Y de repente se detiene. Por instinto. Su cuerpo estĆ” rĆgido.Ā»

Este Ćŗltimo libro es un beso prestado por una gran amiga que al comentarle que querĆa hacer esta entrada me dijo que debĆa incluir los besos entre Anna y Ćtienne. Cuando tuve que hacer la bĆŗsqueda de algĆŗn beso entre ellos me picĆ³ tanto la curiosidad que terminĆ© comprando el libro y es seguro que pronto lo leerĆ©.
Pude incluir mĆ”s besos, pero creo que la entrada se estaba haciendo bastante larga, asĆ que considero que quizĆ”s en un futuro haga una segunda entrega e incluya otros tantos que recuerdo con mucho cariƱo pero que se han tenido que quedar por fuera en esta ocasiĆ³n.
ĀæQuĆ© les han parecido estos besos? ĀæRecuerdan algĆŗn otro que las haya emocionado?
Ā”Hola! ^^
ResponderEliminarNo sĆ© si quedarme con el beso de "Yo antes de ti" o el de "Bajo la misma estrella, porque ambos me encantaron, al igual que los libros. El de Ron y Hermione tambiĆ©n me gustĆ³ mucho, sobre todo porque fue un beso muy esperado. ParecĆa que no iba a llegar nunca. En cuanto al resto de besos, tengo ganas de descubrirlos, porque todavĆa no he leĆdo los libros.
Besitos!
Precioso articulo š
ResponderEliminarhola,
ResponderEliminaryo me quedo con el beso de Cruzando los limites, me puso la piel de gallina jajajaj Lo que mas me gusta de la entrada es que he leido la mayoria d elos libros jejejej que alegria
besos
Me ha encantado esta entrada. Muy original por cierto. Con las que has puesto me quedo con Caleb y Savannah aunque en este preciso momento estoy leyendo la Saga Covenant y los besos entre Aiden y Ćlex me encantan...
ResponderEliminarTe invito a que pases por mi blog. Estoy haciendo un sorteo
https://magicalthingsbymiri.blogspot.com.es/
Un beso y mucha suerte ;)
Ā”Hola!
ResponderEliminarĀ”Muy buena entrada! Yo me quedo con el de Cruzando los lĆmites. ;)
Besos.
De los que pones, solo he leĆdo el de Herbarium y el de 33 razones...pero sin dudarlo me quedarĆa con el de MarĆa MartĆnez y el de Neira, tengo que hacerme con estos dos libros!!!!!!!!
ResponderEliminarBesitosss
Me encanta eeta entrada. Me ha hecho revivir escenas preciosas que quiero volver a leer.
ResponderEliminarYo aƱadirĆa besos y no pararĆa.
Un beso!
Me saltĆ© algunas, porque aun no leo los libros, pero, las que leĆ me gustaron mucho.
ResponderEliminarSaludos. xD
Hola! Me ha encantado, dese luego puedes hacer esta secciĆ³n permanente, jejeje
ResponderEliminarHe leĆdo todos los besos menos el Ćŗltimo, y menuda selecciĆ³n, los hay dulces, con tensiĆ³n, apasionados, tristes, cada uno inolvidable
Lo dicho, estupendos!
Un beso ^^
S
Genial!! deberĆas hacer de esto toda una secciĆ³n.
ResponderEliminarlove it!
El beso entre Lou y Will....aĆŗn lloro...
ResponderEliminarMe encantĆ³ la idea
Muchos besos
Ā”Hola! Ā”Me ha encantado la entrada! La verdad es que nunca me he planteado los nĀ”mejores besos que he leĆdo, pero, si tuviera que decir alguno, tambiĆ©n dirĆa el de Yo antes de ti. Esa escena es preciosa^^.
ResponderEliminarUn beso n.n
Solo he leĆdo Yo antes de ti y me gusto la escena.
ResponderEliminarBuena entrada.
Besos
Hola guapa!! que bonita selecciĆ³n de besos :) me han parecido todos de lo mejor aunque me quedo con el de "bajo la misma estrella" Gracias por compartirlo. Besos!!
ResponderEliminarQue bonito artĆculo! Estoy maravillada con tu blog! Felicidades por el gran trabajo que haces! Yo necesito ir a tu paĆs a clases de "como hacer un buen blog y no morir en el intento " jajajajaja te aseguro que iba yo a ser tu alumna mĆ”s estudiosa.
ResponderEliminarMe quedo con el Beso entre Caleb y Savannah de Cruzando los lĆmites.