Besos que no se olvidan (I)


Buen dĆ­a Booklovers

Hace unos dƭas mientras revisaba mi perfil personal de facebook me puse a pensar en una escena que acababa de leer minutos antes entre Savannah y Caleb de Cruzando los lƭmites y caƭ en cuenta en que no me decidƭa cuƔl beso entre ellos me gustaba mƔs.

Luego pensĆ© que siempre me pasa lo mismo, nunca logro definirme cuĆ”l beso me gusta mĆ”s entre los personajes de un libro. Es por eso que hoy he querido recopilar algunos de esos momentos tan especiales que nos han hecho contener la respiraciĆ³n y sonreĆ­r como tontas cuando los leemos.



Cruzando los limites«Savannah abriĆ³ la boca para contestar, pero no pudo. Estaba atrapada en aquellos ojos oscuros y maliciosos, y su aliento sobre el rostro no la dejaba pensar. Se mordiĆ³ el labio hasta hacerse daƱo.
—No hagas eso —musitĆ³ Ć©l con una advertencia en los ojos.
—¿El quĆ©? —Se humedeciĆ³ los labios resecos.
—¡Joder, eso! —gimiĆ³ Caleb con la respiraciĆ³n acelerada.
La agarrĆ³ por el cuello y la besĆ³ en la boca, anhelante, intenso y lleno de pasiĆ³n. La atrajo con firmeza hacia Ć©l. EntreabriĆ³ los labios y su lengua rozĆ³ los de ella, incitĆ”ndola a abrir la boca. Ella separĆ³ los labios con un gemido y se estremeciĆ³ cuando Ć©l la tomĆ³ por completo, incapaz de pensar, solo consciente de su sabor. Su lengua la provocaba y la saboreaba con avidez, mientras la apretaba contra sus caderas. La besĆ³ con mĆ”s fuerza, exigiendo la respuesta que estaba provocando en ella.
Asustada y excitada, Savannah dejĆ³ de contenerse. Sus manos se movieron con vida propia, deslizĆ”ndose por sus bĆ­ceps. Le recorrieron los hombros, el cuello y se enredaron en su pelo. EmitiĆ³ un profundo gemido y contuvo el aliento un segundo. Su pecho subĆ­a y bajaba cada vez mĆ”s rĆ”pido, sorprendida de su propia respuesta. La toalla continuaba en su sitio porque la presiĆ³n entre sus cuerpos no la dejaba caer. Ɖl aflojĆ³ un poco y convirtiĆ³ el beso en un baile lento y mucho mĆ”s profundo. Dios, nunca la habĆ­an besado asĆ­. SusurrĆ³ su nombre con un quejido cuando Ć©l le mordiĆ³ el labio inferior y volviĆ³ a sumergirse en su boca con una pereza premeditada que le aflojĆ³ todas las articulaciones. Los besos se tornaron mĆ”s lentos hasta que rompieron el contacto por la falta de aire.»


Yo antes de ti«Lo besĆ©, para ver si asĆ­ volvĆ­a. Lo besĆ© y posĆ© mis labios en los suyos de modo que nuestras respiraciones se entremezclaron y las lĆ”grimas de mis ojos se convirtieron en sal en su piel, y me dije a mĆ­ misma que, en algĆŗn lugar, unas diminutas partĆ­culas de Ć©l serĆ­an parte de mĆ­, ingeridas, tragadas, vivas, perpetuas. Quise apretar mi cuerpo por completo contra Ć©l. Quise inspirarle un deseo. Quise entregarle toda la vida que sentĆ­a y obligarle a vivir.
ComprendĆ­ que tenĆ­a miedo a vivir sin Ć©l. ¿CĆ³mo es que tienes el derecho a destrozarme la vida, quise preguntarle, pero yo no tengo ningĆŗn poder en la tuya?
Pero se lo habĆ­a prometido.
AsĆ­ que lo abracĆ©, Will Traynor, experto exnegociador en Londres, exsubmarinista temerario, deportista, viajero, amante. Lo abracĆ© con fuerza y no dije nada, sin dejar de decirle en silencio que era amado. Oh, pero cĆ³mo era amado.
Ni siquiera sĆ© cuĆ”nto tiempo permanecimos asĆ­. Yo era vagamente consciente de una conversaciĆ³n al otro lado de la puerta, del ruido de los zapatos, del campanario de una iglesia distante que repicaba en algĆŗn lugar. Por fin, notĆ© que exhalaba un gran suspiro, casi un estremecimiento, y apartĆ³ la cabeza apenas un centĆ­metro para que nos viĆ©ramos con claridad.»


33 Razones para volver a verte«—¿QuĆ© estĆ”s haciendo?
—No lo sĆ©. Te toco. —AscendiĆ³ por el mentĆ³n y las mejillas, despacio, disfrutando del recorrido, como si estuviese dibujĆ”ndola con los dedos en su memoria. LimpiĆ³ las lĆ”grimas que todavĆ­a brillaban sobre su piel, eliminando aquel rastro de dolor—. Y creo que voy a besarte.
—Mike…
—¿Te apartarĆ”s si lo hago?
—TendrĆ”s que arriesgarte.
Lo hizo. ArriesgĆ³.
Fue un beso tierno, hĆŗmedo, lento. Mike atrapĆ³ aquellos labios entre los suyos y mordisqueĆ³ con cuidado la piel suave y deliciosa mientras Rachel gemĆ­a en su boca.
Estaba perdiendo el control. Tenƭa la certeza de que aquello no era lo correcto; no para ella, al menos, pero la deseaba mƔs que nada en el mundo. Y, por eso mismo, temƭa arrastrarla a su infierno. Ella merecƭa algo mejor, mƔs estable.
Mike desechĆ³ la llamada de su conciencia y profundizĆ³ el beso ignorando el intenso dolor que sentĆ­a en el labio a causa de la reciente herida, y acunĆ³ su rostro con ambas manos, trazando pequeƱos cĆ­rculos con el pulgar sobre su mejilla. No querĆ­a perderla. TodavĆ­a no.»


El juego de la araƱa«—Es como si viviera bajo un cielo gris de nubes cargadas de lluvia. EstĆ”n ahĆ­ arriba, sobre mi cabeza, conteniĆ©ndose, esperando para liberar toda su furia… Y sĆ© que tiene que ocurrir. Solo tengo que ser paciente, sobrevivir en este espacio gris que es mi hogar y mi mundo. AlgĆŗn dĆ­a, en algĆŗn momento, la tormenta estallarĆ”. Y yo abrirĆ© los brazos y mirarĆ© al cielo, dejarĆ© que el agua me empape… y serĆ© libre por fin.
Ana traga saliva y se le escapa una lƔgrima. Me inclino y poso los labios en su mejilla para secar el rastro que va dejando. Ella no se aparta.
—Leo… —me llama, me busca.
Cuando nuestras bocas se encuentran, veo una luz al final de mi tĆŗnel. Ella es suave y dulce, tan perfecta que me duele. Mi corazĆ³n bombea tan fuerte en el pecho que tengo miedo de que se dĆ© cuenta de que me aterra su simple contacto. Ella es la novia de Mike, seguro que estĆ” comparando nuestros besos. Yo nunca he besado a nadie. Me da miedo decepcionarla, que no encuentre en mĆ­ lo que ha encontrado en chicos como Mike. Pero me aterra mĆ”s que quiera apartarse…
Por suerte, no lo hace.»


Bajo la misma estrella«AlcĆ© la mirada hacia Ć©l y pensĆ© que no estaba bien besar a alguien en la casa de Ana Frank, pero luego pensĆ© que, al fin y al cabo, Ana Frank besĆ³ a alguien en la casa de Ana Frank, y que seguramente nada le habrĆ­a gustado mĆ”s para su casa que verla convertida en un lugar en el que jĆ³venes irreparablemente destrozados se abandonan al amor.
Otto Frank decĆ­a en el vĆ­deo, en su inglĆ©s con acento: «Debo decir que me sorprendiĆ³ mucho que los pensamientos de Ana fueran tan profundos».
Nos besamos. SoltĆ© el carrito del oxĆ­geno y le pasĆ© la mano por la nuca, y Ć©l me alzĆ³ por la cintura hasta dejarme de puntillas. Cuando sus labios entreabiertos rozaron los mĆ­os, empecĆ© a sentir que me faltaba la respiraciĆ³n, pero de una manera nueva y fascinante. El mundo que nos rodeaba se esfumĆ³, y por un extraƱo momento me gustĆ³ realmente mi cuerpo. De pronto, aquel cuerpo destrozado por el cĆ”ncer que llevaba aƱos arrastrando parecĆ­a merecer la batalla, los tubos en el pecho, las cĆ”nulas y la incesante traiciĆ³n de los tumores.»


Harry Potter y las Reliquias de la Muerte«En ese instante se oyĆ³ un fuerte estrĆ©pito: Hermione habĆ­a soltado los colmillos de basilisco que llevaba en los brazos. CorriĆ³ hacia Ron, se le echĆ³ al cuello y le plantĆ³ un beso en la boca. El chico soltĆ³ tambiĆ©n los colmillos y la escoba y le devolviĆ³ el beso con tanto entusiasmo que la levantĆ³ del suelo.
—¿Os parece que es el momento mĆ”s oportuno? —preguntĆ³ Harry con un hilo de voz, y como no le hicieron ni caso, sino que se abrazaron aĆŗn mĆ”s fuerte y se balancearon un poco, les gritĆ³—: ¡Eh! ¡Que estamos en guerra!
Ambos se separaron un poco, pero siguieron abrazados.
—Ya lo sĆ©, colega —dijo Ron con cara de atontado, como si acabaran de darle en la cabeza con una bludger—. Precisamente por eso. O ahora o nunca, ¿no?
—¡Piensa en el Horrocrux! —le soltĆ³ Harry—. ¿Crees que podrĆ”s aguantarte hasta que consigamos la diadema?
—SĆ­, claro, claro. Lo siento —se disculpĆ³ Ron, y con Hermione, ambos ruborizados, se ocuparon de recoger los colmillos del suelo.»


Fuimos un invierno«Aun asĆ­ tuve que hacerlo, porque querĆ­a comprobarlo; querĆ­a saber si empezaba a ser capaz de sentir algo nuevo, pero sobre todo, lo hice porque ya empezaba a asomarse en serio la nueva Daniela y ella querĆ­a hacerlo y no arrepentirse despuĆ©s de no haberlo intentado. Y quĆ© coƱo, que nos lo merecĆ­amos.
—¿Vale, Dana?
—SĆ­, de verdad. Solo dĆ©jame comprobar una cosa.
Luca asintiĆ³ con la cabeza, yo alcĆ© la mĆ­a y lo besĆ©. Al principio se tensĆ³ y apretĆ³ mi cuerpo con la mano que seguĆ­a sobre mi hombro, pero al instante sentĆ­ cĆ³mo se relajaba bajo mis manos, que lo sujetaban por las mejillas, abriĆ³ la boca y su lengua se internĆ³ en la mĆ­a; y, aunque pudiera parecerlo, no fue un beso sexual, ni siquiera me invadiĆ³ un deseo mayor de tocarlo. Fue un beso bonito, con sentimiento, un beso que le di a Luca porque querĆ­a hacerlo, porque las otras tres veces que nos habĆ­amos besado lo hice con la intenciĆ³n de cabrear a MartĆ­n y no de besarlo a Ć©l, pero ese sĆ­. Ese fue mi primer beso con Luca. Porque nos merecĆ­amos un beso que solo fuera nuestro.»


Herbarium. Las flores de Gideon«—SuĆ©ltame.
Liam se ahoga, el corazĆ³n le late tan fuerte que incluso yo puedo sentirlo. Harto de tantas dudas y de esa tensiĆ³n que existe entre nosotros, siento el instante exacto en que se rinde.
Liam me besa.
Nuestros alientos se rozan, el corazĆ³n de Liam se afloja un segundo y despuĆ©s recupera el pulso, nuestras bocas se encuentran. Me sujeta con fuerza, suspira, sonrĆ­e y sigue besĆ”ndome. Yo tiemblo en sus brazos. Liam me estĆ” besando. CreĆ­ que no volverĆ­a a hacerlo nunca y ahora me pregunto cĆ³mo podrĆ­a haber seguido con vida sin este beso. Tengo el cuerpo pegado al de Ć©l y lo beso ansiosa, furiosa, mordiĆ©ndole, sujetĆ”ndole para que no se aparte. Pero de repente el beso de Liam se vuelve dulce, tierno, incluso inseguro. Doloroso. Me recorre los labios con la lengua, dejo que note mis miedos y mis dudas, me acaricia la mejilla con la mano y yo enredo los dedos en su pelo. Liam baja las manos por mis brazos y las detiene en mi cintura. No quiere soltarme. No quiero que me suelte.
Entonces noto que se tensa un segundo y, cuando suelta el aliento, me besa durante un instante como me besĆ³ una vez aquĆ­ mismo. Es un beso lleno de recuerdos...»


Persiguiendo a Silvia«Nos miramos. Es de noche y las luces de la avenida principal de la ciudad brillan por todas partes. Se escucha el vocerĆ­o de la gente que se acerca a ver el espectĆ”culo del Bellagio. Las luces y el movimiento del agua se reflejan en los ojos grandes y color caramelo de Gabriel, que se inclina hacia mĆ­. A pesar de que sĆ© que me va a besar, me sobresalto cuando vuelve a acercarse un poco mĆ”s. Cierro los ojos y sus labios se aprietan sobre los mĆ­os. Oh, Dios…, Gabriel me estĆ” besando.
Que deje de girar el mundo, por favor, porque Gabriel me estĆ” besando. Y no es uno de esos besos que te das con un amigo, porque sus labios se resbalan de pronto de entre los mĆ­os, humedecidos. Lanzo los brazos alrededor de su cuello y Ć©l me abraza con fuerza mientras abre ligeramente la boca. Su lengua acaricia la mĆ­a y sus manos se meten entre mi pelo. Soy consciente de cada partĆ­cula de mi ser, de cada respiraciĆ³n y milĆ­metro de mi piel. Creo que voy a correrme cuando su mano derecha baja de mi cintura hasta cogerme el trasero y me apriete contra Ć©l. Su lengua baila despacio con la mĆ­a, casi tĆ­midamente, haciendo de este beso lo mĆ”s parecido que conozco a un beso de amor. Ɓlvaro dijo que me darĆ­a un beso de amor pero… no fue asĆ­. Ni siquiera se le pareciĆ³. Con este el mundo al completo ha desaparecido. No hay fuente, no hay gente, no hay sonido alguno. Y cuando se termina y nos quedamos abrazados, casi siento ganas de llorar, porque quiero encontrar una excusa para poder volver a hacerlo. Gabriel suspira. —Es evidente que si no te quisiera tanto, esto iba a terminar en nuestra habitaciĆ³n.
SonrĆ­o con tristeza.
—No ha sido un beso de amor —susurro mientras lo abrazo mĆ”s para convencerme a mĆ­ misma que a Ć©l.
—QuĆ© mala suerte —susurra Ć©l tambiĆ©n—. No es ese tipo de amor.
SĆ­, quĆ© mala suerte. Joder, Silvia, se veĆ­a venir…»


Un beso en Paris« Nos estamos besando como locos. Como si nuestras vidas dependieran de ello. Su lengua entra en mi boca, suavemente pero con exigencia. Esto no se parece a ninguna experiencia previa. De repente entiendo por quĆ© la gente compara besarse con derretirse, porque cada centĆ­metro de mi cuerpo se disuelve en el suyo. Mis dedos le cogen el pelo, acercĆ”ndolo. Mis venas vibran y mi corazĆ³n explota. Nunca habĆ­a querido a nadie asĆ­. Nunca.
Ɖl me empuja y nos tumbamos en el suelo, liĆ”ndonos delante de los niƱos con sus globos rojos y de los abuelos con sus partidas de ajedrez y de los turistas con sus mapas. Pero me da igual. Toda esta gente me da igual.
Lo Ćŗnico que quiero es a Ɖtienne.
El peso de su cuerpo sobre el mĆ­o es extraordinario. Lo siento, entero, presionando el mĆ­o. Inhalo su crema de afeitar, su champĆŗ, y todos esos olores adicionales que son… Ć©l. El olor mĆ”s delicioso que podrĆ­a imaginar.
Quiero respirarlo, lamerlo, comerlo, beberlo. Sus labios saben a miel. Sus mejillas estƔn cubiertas por una barba de dos dƭas que me rasca la cara, pero me da igual, no me importa. Me siento genial. Sus manos estƔn en todas partes y aunque su boca ya estƔ sobre la mƭa, lo quiero mƔs y mƔs cerca todavƭa.
Y de repente se detiene. Por instinto. Su cuerpo estĆ” rĆ­gido.»



Este Ćŗltimo libro es un beso prestado por una gran amiga que al comentarle que querĆ­a hacer esta entrada me dijo que debĆ­a incluir los besos entre Anna y Ɖtienne. Cuando tuve que hacer la bĆŗsqueda de algĆŗn beso entre ellos me picĆ³ tanto la curiosidad que terminĆ© comprando el libro y es seguro que pronto lo leerĆ©.

Pude incluir mĆ”s besos, pero creo que la entrada se estaba haciendo bastante larga, asĆ­ que considero que quizĆ”s en un futuro haga una segunda entrega e incluya otros tantos que recuerdo con mucho cariƱo pero que se han tenido que quedar por fuera en esta ocasiĆ³n.

¿QuĆ© les han parecido estos besos? ¿Recuerdan algĆŗn otro que las haya emocionado?

15 comentarios:

  1. ¡Hola! ^^
    No sĆ© si quedarme con el beso de "Yo antes de ti" o el de "Bajo la misma estrella, porque ambos me encantaron, al igual que los libros. El de Ron y Hermione tambiĆ©n me gustĆ³ mucho, sobre todo porque fue un beso muy esperado. ParecĆ­a que no iba a llegar nunca. En cuanto al resto de besos, tengo ganas de descubrirlos, porque todavĆ­a no he leĆ­do los libros.

    Besitos!

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  2. hola,
    yo me quedo con el beso de Cruzando los limites, me puso la piel de gallina jajajaj Lo que mas me gusta de la entrada es que he leido la mayoria d elos libros jejejej que alegria

    besos

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  3. Me ha encantado esta entrada. Muy original por cierto. Con las que has puesto me quedo con Caleb y Savannah aunque en este preciso momento estoy leyendo la Saga Covenant y los besos entre Aiden y Ɓlex me encantan...
    Te invito a que pases por mi blog. Estoy haciendo un sorteo
    https://magicalthingsbymiri.blogspot.com.es/
    Un beso y mucha suerte ;)

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  4. ¡Hola!
    ¡Muy buena entrada! Yo me quedo con el de Cruzando los lĆ­mites. ;)
    Besos.

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  5. De los que pones, solo he leĆ­do el de Herbarium y el de 33 razones...pero sin dudarlo me quedarĆ­a con el de MarĆ­a MartĆ­nez y el de Neira, tengo que hacerme con estos dos libros!!!!!!!!

    Besitosss

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  6. Me encanta eeta entrada. Me ha hecho revivir escenas preciosas que quiero volver a leer.
    Yo aƱadirƭa besos y no pararƭa.
    Un beso!

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  7. Me saltƩ algunas, porque aun no leo los libros, pero, las que leƭ me gustaron mucho.

    Saludos. xD

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  8. Hola! Me ha encantado, dese luego puedes hacer esta secciĆ³n permanente, jejeje
    He leĆ­do todos los besos menos el Ćŗltimo, y menuda selecciĆ³n, los hay dulces, con tensiĆ³n, apasionados, tristes, cada uno inolvidable
    Lo dicho, estupendos!
    Un beso ^^
    S

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  9. Genial!! deberĆ­as hacer de esto toda una secciĆ³n.

    love it!

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  10. El beso entre Lou y Will....aĆŗn lloro...
    Me encantĆ³ la idea
    Muchos besos

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  11. ¡Hola! ¡Me ha encantado la entrada! La verdad es que nunca me he planteado los n¡mejores besos que he leĆ­do, pero, si tuviera que decir alguno, tambiĆ©n dirĆ­a el de Yo antes de ti. Esa escena es preciosa^^.

    Un beso n.n

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  12. Solo he leĆ­do Yo antes de ti y me gusto la escena.
    Buena entrada.
    Besos

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  13. Hola guapa!! que bonita selecciĆ³n de besos :) me han parecido todos de lo mejor aunque me quedo con el de "bajo la misma estrella" Gracias por compartirlo. Besos!!

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  14. Que bonito artƭculo! Estoy maravillada con tu blog! Felicidades por el gran trabajo que haces! Yo necesito ir a tu paƭs a clases de "como hacer un buen blog y no morir en el intento " jajajajaja te aseguro que iba yo a ser tu alumna mƔs estudiosa.
    Me quedo con el Beso entre Caleb y Savannah de Cruzando los lĆ­mites.

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