Sinopsis

La vida de Daniela ha dado un giro completo en los últimos meses, un cambio radical al que, inevitablemente, tiene que adaptarse. Si echa la vista atrás, todo es diferente. Martín y Nieves ya forman parte de su pasado, un pasado que siente muy lejano. Pero no solo ellos han desaparecido de su vida, sino que Luca, el mismo chico que fue para ella una balsa a la que aferrarse con fuerza para no ahogarse, también lo ha hecho y Daniela se ve obligada a aprender a caminar sola.
Lo que pasa es que, en ocasiones, el azar hace de las suyas y se inmiscuye en ese camino, haciendo que nos crucemos con personas que creímos que nunca regresarían. Y todo vuelve. Y de repente el camino es más pedregoso de lo que parecía. Y caerse es demasiado fácil.
Daniela se enfrenta al presente con más cargas que nunca, con sentimientos que se le anudan en el estómago y que se esfuerza por esconder, con un pasado convertido en cicatriz, pero, pese a todo ello, con unas inmensas ganas de vivir, ser más ella misma que nunca y conseguir todo aquello que cree merecer.

Autor: Neïra
N.° de páginas: 427 | Saga: Daniela #2
Editorial: Autopublicado | ISBN: 9781539997436 | Año de publicación: 2016
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Opinión Personal

Debo empezar disculpándome con todos por la demora de esta reseña ya que debí haberla publicado hace un par de días, pero esta semana tuve una emergencia médica —de la que ya estoy mejor gracias a Dios—. Pero es el momento de dar cierre a una bilogía especial que supo como conquistarme y mantener pendiente de las vicisitudes de esta pareja que no olvidaré jamás.

Lo que ya han podido leer la reseña que hice de Fuimos un invierno, sabrán que me gustó muchísimo —más de lo que pensé que me gustaría cuando inicié su lectura—. Pero esta entrega llegó a otro nivel: ha sido un golpe directo a mis sentimientos; cada una de sus páginas encierra tantas emociones sinceras, intensas y muy reales que por momentos sentí que era una especie de terapia desgarradora en la que tuve que lidiar con experiencias pasadas que no sabía que aún me dolía o que a estas alturas de mi vida, aún me faltaban por sanar.

Hacer esta reseña sin hacer algún spoilers del primer libro es casi pedir un milagro, así que evitaré comentar donde inicia esta segunda entrega y los eventos importantes que marcan a los personajes más allá de los que se intuyen por la sinopsis en sí, ya que considero que es de esas historias que hay que conocerla de primera mano para entender que las hace tan especial.

No sé por qué tendemos a temer tanto estar solos. Sé que no le ocurre a todo el mundo, pero hay una tendencia general a entrar en un estado de pánico tras la ruptura ante la posibilidad de no encontrar a nadie con quien compartir tu vida ¿Y qué? ¿Qué importa si eso no sucede? Nada, absolutamente nada; volcar la posibilidad de ser feliz en la existencia de otra persona es la única raíz del problema, ni más ni menos.

En esta oportunidad, a diferencia de la primera entrega, no solo contamos con el punto de vista de Daniela, sino que también se han añadido algunos capítulos narrados por Lucas; ese chico que si bien se hace querer por su manera de ver la vida, a veces se sentía algo hermético o complicado de descifrar. Esto, lejos de hacer sentir que haya cambiado algo en la prosa de la autora, más bien le da una nueva textura a su estilo narrativo, ya que nos permite sentir cada palmo la historia. Además, seguimos contando con ese toque ágil, moderno, divertido y sensual que a mí particularmente me conquistó en un principio. Sin lugar a dudas, Andrea —o Neïra como la conocimos en un principio— sabe crear un equilibro entre la emoción y la tensión que permite que sea fácil conectar sus historias.

*Fan-Art hecho sin ánimos de lucro con imagen conseguida en Pinterest*

Pero llegados a este punto, debo mencionar que la diferencia radical que hizo que esta parte estuviera por encima de su predecesora es que en Fuiste mi verano no solo nos quedamos con esa historia que ya nos venía desarrollando en la entrega anterior, sino que Andrea decidió destripa a consciencia los miedos e inseguridades que pueden sentir cualquier persona que tiene miedo a enamorarse, por tanto, acá ella no solo profundiza sobre el amor que existe entre Daniela y Luca, sino que toca un tema complicado de digerir aunque sea muy real: hay relaciones en las que el amor no es suficiente y que también se puede llegar a ser muy nocivo aunque se amen con toda el alma. Así pues, acá sufriremos juntos a los protagonistas, pelearemos con ellos por sus acciones, rogaremos para que puedan sobrevivir y superar sus temores aunque a veces sea mejor abandonar y no aguardar por segundas oportunidades.






Seguramente, quienes hayan esperado este desenlace esperarán encontrarse a los mismos personajes que ya conocían, pero esto no ocurre del todo, ya que si bien Daniela, Luca, Damián, Marina o Martín han cambiado. Aquí ya carecen de frivolidades o inmadureces porque a fuerza de tropiezos ha ganado profundidad y se muestran mucho más maduros y con la clara intención de corregir todos sus errores.

Daniela es un personaje que ya me había conquistado, pero ahora aquí brilla, aprendió qué mujer quiere ser, por lo que se muestra mucho más fuerte y decidida en cada tramo de esta historia, pero como todavía le queda un buen trecho que recorrer, descubre un lado oculto de sus sentimientos, y es que a veces desprenderse del lastre que dejan las heridas es tan complicado como darse cuenta que a veces amar no es suficiente para perdonar.

Y es que el amor no consiste en buscar a esa persona que no puede vivir sin ti y sin la que tú tampoco puedes hacerlo, sino que consiste en no necesitarla para vivir, pero elegir hacerlo a su lado.

Y ¿Luca? Pues de él me he ENAMORADO, con cada una de sus letras, arrasó como un tsunami con mis sentimientos. Atrás quedó ese chico con una melancolía que conmovía, ahora nos topamos con un hombre de profundos sentimientos, y con tantas aristas que nos envuelve el corazón y no lo suelta.

Esta historia es conmovedora. Su discurso emociona, nos toca de cerca y nos invita a soñar, creer y amar. Hubo un momento donde lo di todo por perdido y no pude contener el llanto, sentí el dolor de los personajes al tener que tomar la decisión más difícil de todas y por eso sé que cuando un libro te hace sentir que te llegan al alma sus decisiones, es que es una muy buena historia. Les recomiendo la bilogía con toda la certeza de que van a amarla tanto como yo. Desde ya, declaro mi amor por Neïra y espero encontrar en el resto de sus historias por lo menos una décima de lo que aquí he encontrado, porque eso significa que no las olvidaré nunca.

— Otros libros de la saga —
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