La Torre Eiffel, Amélie y un montón de reyes que se llaman Luis. Esto es todo lo que Anna conoce de Francia. Por eso, cuando sus padres le anuncian que pasará un año en un internado de París, la idea no acaba de convencerla.
Pero, en la Ciudad del Amor, conoce al chico ideal: Étienne St. Clair. Es listo, encantador y muy guapo. El único problema es que también tiene novia. ¿Conseguirá Anna el ansiado beso de su príncipe azul?
El humor y la tensión que se respiran página a página en el debut literario de Stephanie Perkins te atraparán y te llegarán al corazón.

Autor(a): Stephanie Perkins
Título original: Anna and the French Kiss | Traductor: Mar Mañes Bordes
N.° de páginas: 440 | Saga: Un beso en París #1
Editorial: Plataforma Neo | ISBN: 9788415577539 | Año de publicación: 2012
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Cuando hace unas semana se me ocurrió escribir una entrada sobre besos que no se olvidan (para quiénes no la hayan leído está aquí) no imaginé que terminaría sumando un beso que no había leído hasta hoy, ya que al preguntarle a una amiga (y escritora) sí ella recordaba alguno de los muchos que ha leído que me pudiera recomendar, me nombró un libro que yo ni por asomo hubiera leído por voluntad propia. Un beso en París. Me pareció algo curiosa la forma como ella lo describió, belleza pura, así que necesitaba conocer a Anna y Étienne St. Clair.

En primera instancia imaginé que sería uno de esos típicos cliché de adolescentes súper hormonados. Pero en su lugar me topé con una historia de esas que te hacen recordar lo que era suspirar como una chiquilla de quince años pero ahora desde la madurez que da la treintena.

A sabiendas de que quizás yo sea de esas pocas personas que aún no había leído esta novela, terminé embarcándome en ésta historia sencilla que podría ser la de cualquiera, como por ejemplo, la de alguien con quien te cruzas en la calle e intercambias una mirada o una sonrisa.

Esto es todo lo que conozco de Francia: Madeline y Amélie y Moulin Rouge. El Arc de Triomphe y la torre Eiffel, aunque no tengo ni idea de cuál es su función. Napoleón, María Antonieta y muchos reyes que se llamaban Luis. Tampoco sé exactamente lo que hicieron, aunque creo que tiene algo que ver con la Revolución francesa, que a su vez tiene algo que ver con la Fiesta Nacional de Francia. El museo de arte se llama Louvre y tiene forma de pirámide, y la Mona Lisa vive ahí junto a esa estatua de la mujer sin brazos. Y hay un café o bistro o como se llame en cada esquina. Y mimos. Y se supone que la comida es buena y que la gente bebe mucho vino y fuma sin parar.

Anna es una chica americana que es obligada por su padre a irse a estudiar un año en una escuela en París porque según él, ella debería vivir una experiencia cultural nueva. Al llegar ella se siente fuera de lugar porque no conoce a nadie, no se siente cómoda en el país y lo peor, no entiende el idioma. Así que a pesar de todas sus objeciones y reclamos la historia empieza con ella deshaciendo su maleta en ese nuevo microcuarto que tiene en la SOAP (School of America de París).

Una vez que sus padres la dejan sola, Meredith, su vecina de cuarto, le da la bienvenida y pronto la invita a conocer a su grupo de amigos, entre los que se encuentra Étienne St. Claire, un chico muy simpático por el que siente una extraña fascinación en cuanto lo ve. Pero, oh problemas, ¡ese chico tiene novia! Por lo que ella decide verlo solo como un amigo para evitar complicaciones, de igual forma, ella también tiene a alguien esperando su regreso a Atlanta.

Pero como ninguna historia de amor es sencilla, y menos las de los jóvenes, Anna y St. Claire terminan creando una tierna y muy profunda amistad que no se compara con ninguna otra, a la que se le suma una tensión amorosa que ambos tratan de evitar.

*Fan-Art hecho sin ánimos de lucro con imagen conseguida en Pinterest*

Esta es la primera novela que he leído de Stephanie Perkins, pero sin lugar a dudas no será la última. Su estilo intimista de contar la historia, de hacerte sentir cercana a los personajes, de entender sus emociones o de capturar cada momento como si lo estuvieras palpando con los dedos es muy especial; creó un vínculo íntimo y personal con los personajes que me conquistó.

La novela está narrada en primera persona de forma ágil y sin pausas por la voz de Anna, usando descripciones tan originales que hacen que la historia sea chispeante y a la vez llena de ternura. Al mismo tiempo que cuenta con capítulos cortos, cargado de diálogos que logran que la lectura sea rápida. El lector notará que ninguna escena está de más, todas las acciones que aquí ocurre son de vital importancia, para comprender cómo un amor se puede cocer a fuego lento.

¡Los personajes son especiales!

Anna es inocente, fresca y tímida. Ella tenía ya planificado como sería su último año antes de ir a la universidad, quería compartir cada momento junto a su mejor amiga Bridgette y quizás (si movía bien sus cartas) vivir un romance con Toph. París no entraba en sus planes, así que tiene que enfrentarse a lo desconocido con todo el miedo que eso conlleva para una chica de diecisiete años que nunca ha estado sola del todo.

Étienne St. Claire, lo primero que hay que decir de él es que es un chico muy común, pero tiene un carisma que lo hace especial. Es sensible, encantador, divertido e inteligente, siempre se esfuerza por hacer las cosas bien y a pesar de que tiene un padre que lo manipula y una madre a la que extraña con locura, ha logrado encontrar en la escuela a un grupo de amigos que se ha convertido en su familia.

Además, la autora los presenta unos personajes secundarios distintos y con perfiles totalmente definido, que dota de naturalidad a la historia haciéndola totalmente creíble.






París cobra un sentido importante dentro de la novela, Stephanie logra recrear los escenarios de tal manera que hace que el lector sienta que transita por sus calles. Por eso es fácil entender que Étienne y Anna vivan inolvidables momentos en esta ciudad.

La única nota discordante que he encontrado es que el conflicto o nudo me pareció algo plano, como si la trama crecía, crecía crecía, pero nunca llega a explotar. Pero si lo pensamos bien, la historia es sobre dos jóvenes que están descubriendo lo inmenso que puede ser ese primer amor, quizás para mí le faltó intensidad, pero estoy segura que a esa edad sus problemas me parecerían lo peor del mundo.

Para aquellos que busquen una lectura ligera, fresca, que enganche por su simplicidad, con toques de humor les recomiendo Un beso en París. Les aseguro esta historia de dos amigos que logran conseguir en el otro su hogar les dejará una sensación cálida en el pecho cuando lo lean.

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