Sinopsis

Si hay algo que define a Kenzie Sullivan es su obsesión por hacer listas que la ayuden a organizar su vida: las comidas de la semana, los libros que quiere leer, la ropa que se pondrá, etc. Y, por supuesto, también tiene una con los nombres de los chicos que le gustan: desde su amor platónico, con quien ni siquiera se atreve a hablar; pasando por su mejor amigo, del que está secretamente enamorada; hasta su peor enemigo, el chico con el que no saldría nunca. Pero ¿qué sucederá cuando un día alguien robe su lista y la reparta por todo el instituto? Kenzie deberá aprender a hacer frente a los problemas. Quizá por el camino descubra que la vida no puede controlarse y que las cosas verdaderamente importantes suceden cuando nos dejamos llevar.

Autor(a): Andrea Smith
N.° de páginas: 440 | Saga: Las chicas Sullivan #1
Editorial: Plataforma Neo | ISBN: 9788416820757 | Año de publicación: 2017
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Opinión Personal

De un tiempo a esta parte siento que todos los libros que publica esta editorial los necesito en mi biblioteca sí o sí; si no es porque son traducciones de libros que ansío, es porque las portadas me enamoran totalmente. Es por esto que a veces ni siquiera me tomo la molestia de leer sus sinopsis, sino que me lanzo a ciegas a leerlos.

Por lo que en esta ocasión debo reconocer que el fallo es totalmente mío, porque si hubiera leído la sinopsis de esta historia me hubiera dado cuenta de que me iba a encontrar con una trama que definitivamente no era para mí. No me malinterpreten, en líneas generales, la historia me pareció que tiene toques de humor que me resultaron efectivos, pero que al final solamente lograron entretenerme livianamente.

Mackenzie (Kenzie) Sullivan es un personaje más entre muchas protagonistas del género, ella es una chica un tanto obsesiva en hacer listas de cosas que van desde anotar qué ropa usará cada día de la semana hasta priorizar los chicos del instituto que más le gustan: Plan A el típico chico guapo y popular, Plan B su mejor amigo, Plan C el chico atento que siempre la ha atendido con una sonrisa y el Plan D el NUNCA EN LA VIDA SALDRÍA CON ÉL.


Pero todo en su vida se convierte en un caos cuando esa lista de chicos se le desaparece misteriosamente y al intentar dar con ella descubre que su peor pesadilla se hizo realidad, todo el instituto fue empapelado con copias de ella.

*Fan-Art hecho sin ánimos de lucro con las imágenes Pinterest*

La historia comienza siendo divertida, prometiendo un buen momento, pero a medida que pasan las páginas todo se vuelve muy predecible y un tanto cliché, además de que me pareció por momentos tan inverosímil que al final el resultado no fue lo que esperaba.

Kenzie durante el tiempo que ha estado en el instituto nunca ha despertado el interés de nadie, pero ahora, por obra y gracias de la publicación de esa lista, resulta que el solo hecho de haber sido mencionados ahí es razón suficiente para sentir un gran deseo de estar con ella. ¡Bah, no me lo creo! Ni las películas americanas para adolescentes son tan superficiales como para necesitar solo esa razón para sentirse atraídos de manera inmediata por alguien y hacer creíble el argumento.

Aquí todo es un compendio de estereotipos; está es el mejor amigo de la protagonista de quien la protagonista siempre ha estado secretamente enamorada, está el chico alborotador que le hace la vida cuadritos, pero que secretamente también le atrae, y por favor no hablemos del triangulo amoroso, que no es ningún triángulo si nos fijamos en que el título del libro ya lo dice todo.

Además, algo que me incomodó es que hay personajes dentro de la lista que según eran importantes y que terminaron siendo unos simples personajes sin ningún tipo de relevancia, por no hablar de que puedo contar con una sola mano las veces que interactuaron con la protagonista en toda la novela.

¿Para qué darle peso o incluir personajes que no tienen ningún fin? No me refiero a personajes que solo tienen un fin específico y no se vuelve a usar para ninguna otra cosa, como por ejemplo cuando en un relato incluyen a un repartidor que va a entregar un paquete en algún momento, su fin es entregar la encomienda y ya, no se ahonda en él; pero otra muy distinta es cuando describen a un personaje y lo hacen ser parte importante del eje central del argumento, pero al pasar unos cuantos capítulos olvidan su existencia y no lo vuelven a incluir hasta casi llegar a la mitad del libro, que al parecer es cuando recuerdan que en algún punto era un personaje importante. Así que para justificar su ausencia el autor prefiere inventa un cuento absurdo que explique la razón por la que no habpia aparecido y lo resuelven todo quitándole el peso que en un principio tuvo. ¿Donde está la coherencia y credibilidad de la trama?

Quizás este fallo en esta ocasión haya sido producto de que la novela fue creada en Wattpad, plataforma que ya muchos conocemos y que últimamente le ha dado la oportunidad a muchos autores noveles de que sus historias lleguen a las editoriales. Las personas que suelen publicar ahí van cargando los capítulos a medida que los van escribiendo con cierta periodicidad, por lo que su mayor ventaja es que tienen el feedback inmediato de sus lectores. Esto es bueno por una parte, ya que les ayuda a conocer a su público, entender que les gusta, qué tanto les atrae el argumento y si la historia les llega a despertar emociones... Pero por el otro lado, como pasó aquí, cuando un lector que no conoció la historia en la plataforma se sienta a leer el libro de un solo tirón, se percata de que hay cosas que sobraron o no tuvieron ninguna justificación plausible y seguramente fueron cosas que el público de la plataforma sí disfrutó o pidió. Por lo menos así lo veo ya que yo he sido ese público lector en la plataforma con algunas historias.

Lo que sí puedo reconocer es que Andrea Smith tiene una pluma ágil, fresca y cercana, lo que logra que la historia no se sienta pesada, por más que no se haya empatizado con los personajes.

En resumen, Mi plan D, es una novela ligera y hasta cierto punto simpática. No me dejó una gran impresión porque definitivamente no soy el target; es posible que si la hubiera leído con 16 o 17 años la hubiera podido disfrutar totalmente. Pero me entretuvo livianamente durante un domingo que quería un libro que pudiera terminar en un solo día, lo que fue perfecto porque de verdad se lee rapidísimo.

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